martes, 31 de agosto de 2010

¿Castellón o un decorado de Fellini?

Sábado, 13 de Marzo de 2010

Manuel es portugués y lleva media vida dibujando sonrisas en los niños. Ahora viaja en la compañía del Popeye Torero, que hace ya tiempo le tomó la delantera al Bombero Torero de nuestra infancia en cuanto a espectáculo cómico-taurino. Converso con él mientras espero que la empresa me solvente el tema de los pases de callejón. Ellos “torean” por la mañana, nosotros lo haremos por la tarde. Capta mi curiosidad y se explaya. Alegre, buen conversador, apasionado en su discurso, vehemente a veces y con un marcado y tosco acento portugués, me cuenta de sus idas y venidas por España, Portugal y América. Me habla de lo dura de esa vida, conviviendo todos en un autobús, pero de lo que engancha también. “A mí lo que realmente me hubiera gustado es ser torero, pero como, por razones evidentes, no pude, éste es el consuelo que me quedó. Es lo más cercano que estaré nunca de la gloria. Yo disfruto muchísimo cuando estoy en el ruedo, con las vaquillas, y noto las miradas de asombro de todos esos niños clavadas en mí. ¡Es todo un subidón! Y ahora viene el gobierno hablando de quitar estos espectáculos en nombre de no sé qué dignidad…ésta es mi vida, es lo que he hecho siempre y lo que me gusta…además, si me quitan esto, ¿de qué voy a vivir con la crisis que hay?, ¿es que el gobierno, con tanto parado, nos va a ofrecer algo? ¿de qué sirve la dignidad sentado en el sofá de tu casa?”. La faena se ha ido calentando por momentos, el torero hace una pausa como para tomar aire, enciende un cigarrillo, comprueba que “su público” sigue pendiente y vuelve a la cara del toro: “también nos quieren quitar el tabaco y el alcohol…qué manía con prohibir y regularlo todo, ¡ni que fuéramos niños! Que se preocupen en crear trabajo y que nos dejen a nosotros decidir sobre nuestras vidas”, sentencia. Estocada hasta la bola. Luego se relaja y sonríe, ve la cámara en mi cinturón e intuye que quiero fotografiarlo. Me mira condescendiente, como si de una estrella de Hollywood se tratase, y dispara: “anda, saca la cámara”. Se siente cómodo delante del objetivo, posa sin rubor, mezcla de orgullo y naturalidad. En un momento dado, recuerda que va vestido de mujer sobre unos tacones imposibles, no pasa nada, no corrige la pose ni realiza movimientos bruscos, está ya muy “placeao”, simplemente vuelve a sonreír y aprieta los puños para dejar constancia de su inequívoca virilidad. ”Muchacho, ha sido un placer. Ahora, si me disculpas, tengo que acabar de prepararme para salir”.

A estas horas de la mañana, el patio de cuadrillas parece el decorado de una película de Fellini, con enanos disfrazados corriendo por todos lados. La capilla sirve de improvisado vestuario y de los ganchos del desolladero cuelgan minúsculos trajes de los más diversos colores y formas. El espectáculo va a comenzar, se agrupan todos en la boca de salida al ruedo. Concentración y nervios. Se desean buenos augurios y se dan la mano. ¡Suerte toreros!

Recojo por fin los pases y regreso al hotel. Mucho ambiente para esta tarde. En el cartel, El Fandi, Manzanares y Cayetano.



Manuel, puño y tacones, posando delante de la puerta de la capilla, improvisado vestuario.

sábado, 28 de agosto de 2010

Olivenza, sobre fronteras movedizas

Domingo, 7 de Marzo de 2010

Ciudad situada a unos 20 kilómetros al sur de Badajoz, Olivenza tiene su origen en la labor repobladora que en la región ejerció la Orden del Temple tras la conquista de Badajoz, en 1230, por Alfonso IX de León. Durante la regencia de María de Molina en el trono de Castilla, concretamente en 1297, pasó a manos de Portugal y bajo su soberanía se mantuvo hasta el 6 de Junio de 1801 cuando, tras la Guerra de las Naranjas y el consiguiente Tratado de Badajoz, volvió definitivamente a manos españolas. Desde entonces, las reivindicaciones soberanistas de Portugal sobre la ciudad se han ido apaciguando hasta que, la incorporación de ambos países a la CEE, allá por 1986, ha dejado esta secular disputa territorial con el Guadiana de trasfondo, en una cuestión fundamentalmente anecdótica en el ámbito de las relaciones bilaterales.

Como dato curioso relacionado con este baile fronterizo y reivindicativo, señalar que, a pesar de por esas fechas llevar más de 100 años consecutivos bajo bandera española, hasta la década de los 40’s del siglo pasado, la ciudad fue de mayoría lusohablante. A partir de ese momento, seguramente que condicionado por la nueva situación política en España, el castellano se fue imponiendo tanto en la calle como en las escuelas. Así, a fecha de hoy, podemos decir que el "portugués oliventino" ha desaparecido prácticamente y sólo es conocido por los más mayores del lugar nacidos en la primera mitad del siglo XX.

Pues bien, en esta ciudad "codiciada" de poco más de 10.000 habitantes, “desembarcó” José Cutiño hace ahora 20 años para hacerse cargo de su plaza. Y en ese período de tiempo, ha conseguido hacer de Olivenza un referente mundial dentro del mundo del toro y convertir su feria en la primera cita importante de la temporada. Así es que, a pesar del frío, hasta esta pequeña población extremeña llegan en peregrinación, cada año a principios de Marzo, aficionados venidos desde todos los rincones de España y Portugal. La clave: carteles muy rematados con ganaderías punteras, las ganas de ver toros de la gente en estas fechas y, cada tanto, la repercusión mediática que supone la vuelta a los ruedos de alguna figura importante debidamente publicitada. En este sentido, Cutiño, que durante años fuera “ayuda” de Espartaco, siempre cuenta que, el acontecimiento clave que significó el punto de inflexión y el comienzo del despegue de la feria, fue el detalle que para con él tuvo su antiguo jefe, quizá la figura que más ha “mandado” en la segunda mitad de los 80`s, de, a petición suya, reaparecer allí, en aquel pueblo apartado y de escasa tradición taurina, cuando lo podía haber hecho dónde, cómo y cuándo le diera la gana. Juan Antonio Ruiz “Espartaco”, gran torero y mejor persona.

Hasta aquí llegamos hace unos días con idea de hacer campo en espera del domingo. Luego, el agua fue trastocando nuestros planes y poniendo nervioso al empresario. El viernes llovió durante la novillada. Ayer sábado, a plaza llena, paró justo para la corrida de José Tomás. Después, nuevamente el diluvio...

Hoy nuestra corrida era matinal. Por la mañana temprano, en el sorteo, el ruedo todavía aparecía cubierto de lonas de plástico. Desde el cielo, incertidumbre y malos augurios. El tiempo era el protagonista en todas las conversaciones. Finalmente se decide “ir para adelante”. A las 12 en punto suenan los clarines y comienza el paseíllo en medio de una plaza estoicamente abarrotada. Lluvia, chubasqueros y paraguas fueron los protagonistas hasta el final del primer toro. Luego, el sol, como buen aficionado, se quiso sumar a la fiesta. En el cartel, Ponce, Talavante y Cayetano. Tarde entretenida con una imagen para el recuerdo: las lágrimas de impotencia de Talavante mientras recibía una ovación cerrada tras escuchar los tres avisos después de haber firmado una gran faena al segundo de su lote. Los toreros también lloran…



El ruedo de Olivenza por la mañana, a la hora del sorteo, cubierto por una lona. Difícil imaginar en esos momentos que dos horas más tarde, a las 12 am, Ponce, Talavante y Cayetano estarían haciendo allí mismo el paseíllo a plaza llena.

viernes, 20 de agosto de 2010

Vistalegre, La Chata y una incógnita despejada

Domingo, 28 de Febrero de 2010

La antigua plaza de toros de Vistalegre fue inaugurada el 15 de Julio de 1908 con un cartel compuesto por Bombita, Machaquito y la, por entonces, promesa mexicana, Rodolfo Gaona.

Destruida durante la Guerra Civil, en su reconstrucción posterior se “olvidaron” de volver a levantar la grada cubierta superior. Así, su nueva fisonomía, mucho más plana y con un aforo más reducido, hizo que comenzase a conocerse popularmente como La Chata.

A finales de los 40’s, pasó a manos de los Dominguín, que conservaron su propiedad hasta mitad de los 70’s. Pero es en los 60’s, de la mano de Domingo, el “Dominguín rojo”, el bohemio, hermano de Luis Miguel, cuando se forja su verdadera leyenda. Domingo, empresario soñador, es decir, ruinoso, se sacó de la manga algo novedoso a lo que se dio en llamar “la oportunidad”. La idea, cuando las telecomunicaciones todavía eran un lujo al alcance de muy pocos, se propagó como la pólvora entre los jóvenes aspirantes a toreros por todos los rincones de España. Pati, hija de Domingo y mujer de Curro Vázquez, me cuenta que todavía recuerda como, en esos días, siendo ella todavía una niña, tenía que subir las escaleras de la casa familiar de Pintor Rosales esquivando a las decenas de niños que dormían en los peldaños esperando su “oportunidad”. Eran otros tiempos, tiempos duros en los que las tapias de los tentaderos se poblaban de chavales que buscaban huir del hambre engañando al miedo…

Vistalegre también ha sido el “hábitat natural” del maestro Curro Vázquez. Allí tomó la alternativa el 12 de Octubre de 1969, cuando La Chata todavía era La Chata, siendo gravemente cogido; y allí se despidió definitivamente de los ruedos el 4 de Octubre de 2002 en una tarde muy emotiva que yo tuve el privilegio de vivir.

Otra anécdota para la historia relacionada con La Chata tiene que ver con la “escala técnica” que El Che, en el cenit de su popularidad, a los pocos meses del triunfo de la Revolución Cubana, hizo en el Madrid franquista de camino al norte de África y que quedó inmortalizada en una serie de instantáneas en blanco y negro que han llegado hasta nosotros. El Che con su uniforme verde olivo y su boina calada paseando por la Gran Vía – os imagináis las caras de la gente, en tiempos de censura informativa, al ver caminando por el centro de Madrid a aquel hombre de barba descuidada, pelo largo y ¡uniforme militar! –, El Che presenciando una corrida en Las Ventas…pero de todas esas imágenes había una particularmente que me llamaba poderosamente la atención hasta casi llegar a obsesionarme y que suponía una enigma que hasta hace poco no supe despejar: El Che, con su imagen icónica, pisando el albero de una desconchada y vacía plaza de toros en cuyo fondo se puede leer: “puerta de arrastre”. ¿De qué plaza se trataba?

Quiso el azar que el 12 de Octubre pasado – 2009 –celebrando con el maestro Curro Vázquez sus 40 años de alternativa alrededor de unas copas en un bar de la calle Ponzano, allí, distendidamente, sin buscarla, me encontrara la respuesta. La conversación devino en contar anécdotas de su suegro. El maestro hablaba y los 4 ó 5 que teníamos el privilegio de acompañarlo, nos deleitábamos escuchándolo. Su carácter bonachón y bohemio, sus negocios ruinosos, la difícil relación con su hermano Luis Miguel, sus amistades “peligrosas” – Picasso, Semprún, Carrillo, Alberti…a algunos de los cuáles acogió clandestinamente en el zulo que para las circunstancias tenía preparado en el piso de Pintor Rosales - …y entonces, como cuando en el laboratorio un científico hace un descubrimiento por pura casualidad, así, sin que nadie la hubiera llamado, de parto natural, se despejó la incógnita: “una vez vino de visita a España el Che, desde el clandestino Partido Comunista, por su condición de afiliado pero que a la vez era respetado por el Régimen, le pidieron a Domingo que organizara un encuentro con él. Y así fue como se los llevó a todos a Vistalegre”. Claro, ¡cómo no caí antes!…así es la vida, tanto tiempo buscándola y qué cercana tenía la respuesta…

Hace poco fui a ver a la Maestra Nati, veterana sastre de toreros que tiene su taller en la calle Jardines, junto a Montera. Como siempre, comenzó a hablarme de lo mucho que quiere a Curro Vázquez y de la amistad que mantiene con él desde que éste era casi un niño y de ahí saltamos, como siempre, a su suegro: “recuerdo que, siendo yo muy jovencita, mi padre me mandaba a cobrar a la oficina que don Domingo tenía en la Gran Vía. El hombre tenía sus rachas y, cuando no podía pagarme, me decía, niña, hoy no te puedo dar ná pero quédate a comer que mi mujer ha hecho un cocido que no veas cómo huele…Era la persona más buena que he conocido. El único fallo que tenía es que era comunista”. Palabra de maestra.

En los 70’s, la plaza entró en decadencia. Fue vendida por los Dominguín y en el 81, sus nuevos propietarios, decidieron cerrarla. La vieja Chata se fue cubriendo de hierba, polvo y de las jeringuillas cargadas de muerte que en los 80’s hicieron estragos entre los jóvenes de Carabanchel. En el 95’ fue derribada definitivamente para levantar en su lugar un pabellón multiusos en el que lo mismo se puede torear que jugar al baloncesto, y que incluye un parking y un Hipercor. Malos tiempos para la lírica…

Ayer sábado por la tarde me pasé por casa del torero. Estuvimos decidiendo capotes y muletas para hoy. En la tele, el previo de la corrida del día en Vistalegre con El Juli, Manzanares y Perera en el cartel. “¿La vas a ver?”. “Sí...no…bueno, no sé…es que me pongo muy nervioso…bueno, veamos el primer toro”. Demás está decir que la vimos entera…como tiene que ser.

Hoy domingo, día de Andalucía, mucho ambiente en Vistalegre para la primera corrida que le iba a televisar Canal Plus a Cayetano en su carrera. Iniciábamos temporada española compartiendo cartel con Morante y Talavante, que estuvo muy bien con el único toro bueno de la corrida pero al que pinchó. Por lo demás, poca historia, como la que, de momento, tiene la nueva Vistalegre…



El Che, pisando el albero de la vieja Chata. Principios de los 60's.

"La Verbena de la Paloma" (Fragmento)

JULIAN
¿Dónde vas con mantón de Manila?
¿Dónde vas con vestido chiné?


SUSANA
A lucirme y a ver la verbena,
y a meterme en la cama después.


JULIÁN
¿Y por qué no has venido conmigo
cuando tanto te lo supliqué?


SUSANA
Porque voy a gastarme en botica
lo que me has hecho tú padecer.


JULIÁN
¿Y quién es ese chico tan guapo
con quien luego la vais a correr?


SUSANA
Un sujeto que tiene vergüenza,
pundonor y lo que hay que tener.


JULIÁN
¿Y si a mí no me diera la gana
de que fueras del brazo con él?


SUSANA
Pues me iría con él de verbena
y a los toros de Carabanchel. ...

lunes, 2 de agosto de 2010

De encuentros y desencuentros

Jueves, 11 de Febrero de 2010

Ciertos justificados desencuentros y, sobre todo, el morbo generado después, nos privaron de verlos juntos en una plaza la temporada pasada. Sólo hubo una ocasión, ya bien avanzado el verano, en la “ciudad de las casas colgadas”. Todo un éxito artístico y de público. Desde entonces, nada.

Este año van a compartir apoderado y abrirán la temporada juntos en Vistalegre. Las nuevas circunstancias aconsejaban algún encuentro previo. Hubo varios intentos que acabaron pasados por agua. Crudo invierno. Hoy, después de semanas de intensas lluvias, salió por fin el sol en el norte de Extremadura; y el buen tiempo se hizo tarde apacible. Cada uno llegó por su lado. Se saludaron, se cambiaron, compartieron tentadero e intercambiaron comentarios sobres las vacas. Luego, se ducharon y departieron distendidamente alrededor de una mesa con café y refrescos. Y al caer el sol, a eso de las 7:30 pm, se dispusieron a marcharse. Hay que continuar con la preparación. Mañana uno irá a Núñez del Cuvillo (Cádiz) y el otro a Domingo Hernández (Salamanca). Agradecimientos al ganadero y firme apretón de manos entre los diestros. La próxima vez que coincidan será vestidos de luces. “Suerte y buen viaje”. La historia eterna de la tauromaquia. Como dos profesionales. Como dos toreros.


Bye Bye América

Lunes, 1 de Febrero de 2010

Mediodía de un lunes caluroso de principios de Febrero. Aeropuerto de Maiquetía, Caracas. Escribo estas líneas mientras esperamos la salida del vuelo que ha de llevarnos de regreso a Madrid. En unas horas habremos cerrado definitivamente la aventura americana, que iniciamos allá por mediados de Noviembre en México. Experiencia intensa, bonita y enriquecedora, tanto a nivel profesional como humano.

Ahora toca centrarse en preparar la temporada española, que comienza en unas semanas. Vistalegre está a la vuelta de la esquina. Nos cuentan que en España el invierno sigue sin dar tregua. Volvemos al frío. Estamos preparados…



Publicidad de la feria taurina de San Cristóbal a la entrada del aeropuerto Buenaventura Vivas, situado a las afueras de la ciudad.

Vistas del aeropuerto desde la escalerilla del avión, justo antes de volar hacia Caracas.

miércoles, 28 de julio de 2010

San Cristóbal

Sábado, 30 de Enero de 2010

San Cristóbal, capital del Estado de Táchira y situada en la región andina venezolana, fue fundada por Juan Maldonado Ordóñez Y Villaquirán en 1561. Su situación fronteriza con Colombia y la enorme diferencia del precio del crudo entre estos dos países, la llevan a vivir situaciones que, de tan paradójicas, resultan hasta cómicas: ¿Cómo es posible que en esta ciudad del país latinoamericano con mayor cantidad de petróleo haya enormes colas para repostar y hasta gasolineras directamente cerradas por la falta total de existencias? La explicación es bien sencilla: porque la gasolina es derivaba ilegalmente al otro lado de la frontera, con cierta connivencia de los poderes públicos, para ser revendida allí a precios considerablemente superiores.

Pues hasta aquí llegamos hace dos días para torear en la tradicional feria de San Sebastián. Esta mañana nos levantamos temprano y acudimos a la plaza para el apartado y el papeleo. El día soleado no conseguía apartar de nuestras mentes la corrida del año pasado, que tuvo que ser suspendida después del tercer toro porque el cielo se venía, literalmente, abajo.

Algo menos de gente que en 2009 – la crisis se hace notar – pero mucho ambiente de todas formas en los tendidos. Tarde bulliciosa y de altos decibelios, como es habitual en Venezuela, para una corrida de Rancho Grande en la que compartíamos cartel con El Fandi y en la que la espada volvió a privar a Cayetano de un triunfo mayor.

De regreso al hotel, pasamos delante del flamante estadio de Béisbol que Chávez “regaló” al Estado de Táchira. Sobre la fachada, un enorme desplegable con la imagen del presidente sonriente blandiendo una bandera venezolana a modo de bate. Al pie, unas palabras puestas en boca del pueblo: “El Táchira le agradece por esta gran obra”.

Alguien comenta lo espectacular del edificio. El chófer, joven local de pocas palabras, mira por el espejo retrovisor, deja pasar unos segundos, y responde: “sí, está muy bien toda esa vaina. Sólo hay un pequeño problema, que el béisbol es el deporte más popular de la zona caribeña de Venezuela…en la región andina morimos con el fútbol. Nuestro equipo de béisbol es de segunda mi hermano. ¿Para qué queremos semejante vaina de estadio si no va la gente?”. ¡Ay! qué desagradecidos son los pueblos...

Mañana, jornada de espera antes de volar a Madrid.


Curiosa imagen - sólo posible en América - de banderillero y picador juntos esperando en el pasillo del hotel a que el matador salga de su habitación con el mozo de espadas para dirigirse a la plaza. En España, los picadores suelen irse antes en un coche aparte con el el esportón y el "ayuda".
El flamante y majestuoso estadio de béisbol que Chávez "regaló" a San Cristóbal. En el cartel con la imagen del presidente que cubre la fachada, se puede leer: "El Táchira le agradece por esta gran obra". Sólo un matiz, el equipo de béisbol de la ciudad es de segunda y en esta región de Venezuela el deporte rey es el fútbol.

martes, 6 de julio de 2010

De nacional-populismos e insatisfacciones

Viernes, 29 de Enero de 2010

Los nacionalismos, en gran medida, se construyen como oposición a algo. Si no hay enemigos exteriores, hay que inventarlos para ganarse el apoyo popular y, de este modo, reforzar la identidad nacional. En su cruzada nacional-populista, Chávez ha mandado retirar las estatuas de Colón y está poniendo mil y un impedimentos a las corridas de toros, por considerarlos símbolos de la colonización española, mientras potencia espectáculos como el béisbol, que tiene su origen en un país al que también critica y al que también califica de colonizador. Pura hipocresía demagógica. El caso es que, entre la devaluación de la moneda y de la economía, las expropiaciones y las trabas a los toros – esta año, a diferencia del anterior, el gobierno local no se comprometía a garantizar nuestra seguridad – estuvimos a punto de no venir a nuestra cita anual con San Cristóbal. Y si lo hicimos fue por la insistencia del empresario en que, este año, más que nunca, las figuras debían acudir en auxilio de la fiesta. Todo sea por la causa…

Esta mañana, nuestro ya habitual compañero de viaje el jet lag, vino a despertarnos temprano para desayunar. Compartimos comedor con las cuadrillas de Manzanares, Perera – que toreaban esta tarde – y la de Fandi.

Luego, un poco de ejercicio físico, toreo de salón, ducha y, antes de ir a los toros, pasamos a comer por casa de nuestro amigo El Morocho, torero de la tierra que hace unos años sufriera un grave percance en España que lo dejó incapacitado para seguir ejerciendo la profesión. Bastante ambiente en la plaza. En los tendidos, como ya es habitual en Venezuela, los altos decibelios se mezclaban con las consignas anti-chaviztas.

Ya de regreso en el hotel, tras la corrida, atravieso el bullicioso lobby y llamo al ascensor. Espero un minuto, dos, tres…un suave tintineo me anuncia que ya está aquí, se abre la puerta y de su interior salen dos chicos altos en ropa de deporte. Uno de ellos porta bajo el brazo un capote, una muleta y una “ayuda”. Apenas tengo tiempo para reaccionar: “pero bueno… ¡enhorabuena!”. “Gracias”. Expresión contrariada….si hace apenas 20 minutos, los mismos que he tardado yo en llegar al hotel, estaban saliendo de la plaza vestidos de toreros…¿¡qué hacen ahora yendo a entrenar!?...

A eso de las 9 pm, en el comedor, me cruzo con Joselito Gutiérrez, banderillero de Perera: “José, ¿a dónde ibas con el "mata" nada más acabar la corrida?”. “Es que no se había quedado a gusto y quería hacer un "torito de salón" antes de cenar para quitarse el mal sabor”. Así son las figuras del toreo…



Los vendedores de refrescos y su particular modo de ir ordenando los billetes.


Aitor, el torero y yo, en el tendido, viendo la corrida de Manzanares y Perera.


"Chávez, tas corneao!!!", las consignas anti-chaviztas proliferan en los tendidos.

miércoles, 30 de junio de 2010

La República Bolivariana de...Chávez

Jueves, 28 de Enero de 2010

La primera vez que vinimos a torear a Venezuela debió ser en Noviembre de 2006. Por aquel entonces, el bolívar y el bolívar fuerte – la misma moneda con tres ceros menos – coexistían en la calle, para mayor confusión nuestra, y Chávez hacía su primer intento de convertirse en presidente vitalicio a través de un referéndum, cuyo propósito era modificar la Constitución, que se celebraría - con resultado negativo...para él - pocos días después de marcharnos nosotros. El lema de la oposición, coreado en las plazas de toros, era: “No a la Reforma”.

Volvimos al año siguiente y el militar, tenaz, cabezón, insatisfecho con la votación mayoritaria, había vuelto a convocar una “consulta popular” sobre la misma cuestión. El lema elegido esta vez por la oposición, y vuelto a corear en las plazas, era muy elocuente: “No, es no”. Faltó poner: “Señor presidente, ya está bien, no toque usted más los cojones”.

Desde entonces, hemos vuelto varias veces y, en todos estos años, hemos ido viendo cómo “el chavizmo” iba impregnando, rápida e inexorablemente, todas las capas de la desigual sociedad venezolana a través de recortes en la libertad de expresión, con cierre de medios no afines y monopolio de los supervivientes, y de una política populista respaldada en la fuerza que da el control del petróleo – de todos los venezolanos – y sus beneficios.

Esta tarde aterrizamos en Maiquetía, el aeropuerto de Caracas. Las larguísimas colas del control de pasaportes nos dan tiempo a memorizar cada detalle de la inmensa sala de inmigración, donde imágenes de un omnipresente y megalómano Chávez, acompañadas de efectistas consignas “bolivarianas” del tipo: “Venezuela se liberó/ y se liberó para siempre”, “Sistema aduanero socialista”…, ocupan los lugares más prominentes del diáfano lugar. Todo está estudiado: la llegada, la espera rodeada de consignas, el bombardeo adoctrinante (pagado con dinero público)… Por un momento, creí volver al pasado y encontrarme llegando a alguno de esos países del “otro lado” del “telón de acero” que visité a fines de los años ochenta…aunque quizás tampoco haya que irse tan lejos en el tiempo, ni en el espacio, para encontrar ejemplos similares…

A la salida nos esperaba nuestro buen amigo Domingo Uzcátegui, hombre de confianza por estas tierras. Con él nos trasladamos a la terminal de vuelos privados, cargamos – increíblemente – todo el equipaje en una avioneta y partimos rumbo al Estado de Táchira, cerca de la frontera con Colombia. Poco menos de dos horas más tarde, sobre las 9 pm, y en noche cerrada, aterrizábamos en el aeropuerto de Santo Domingo. Allí nos recogió Romel, el "ayuda" venezolano, y una hora más tarde tomábamos, por fin, posesión de nuestras habitaciones en el hotel Lido de San Cristóbal.

Ya hemos cenado y ahora toca descansar. El jet lag nos espera temprano para desayunar…



Colas del control de inmigración en el aeropuerto de Maiquetía: en primer término, el maestro Curro Vázquez. Tras él. presidiendo la sala, un omnipresente Chávez nos da la bienvenida a la República Bolivariana de Venezuela.


Más propaganda "chavizta" , con dinero público, en el aeropuerto caraqueño


La avioneta que nos trasladó de Caracas a San Cristóbal.

martes, 29 de junio de 2010

Rumbo a Venezuela

Miércoles, 27 de Enero de 2010

Teniendo en cuenta que mañana cruzamos nuevamente “el charco” con destino a Venezuela, hoy ha sido un día particularmente estresante.

Nos levantamos temprano para ir a matar unos toros a “El Cubo”, una finca con plaza cubierta – el mal tiempo que no cesa – cerca de Trujillo, en Cáceres, a unas 3 horas de Madrid. Luego, vuelta “para atrás”, a preparar todo. Mañana por la mañana volamos a Caracas y de ahí a San Cristóbal.


Este interludio de dos semanas entre Colombia y Venezuela está siendo, climatológicamente hablando, muy duro - frío, lluvia, nieve -, lo que nos ha obligado a modificar sustancialmente los planes de entrenamiento haciendo mucho hincapié en el toreo de salón y teniendo que recurrir, casi en exclusividad, a las plazas cubiertas.

Mañana jueves viajamos con idea de torear el sábado y regresar el domingo para, ahora ya sí, centrarnos totalmente en preparar la temporada española que está a la vuelta de la esquina.

Ya tengo todo el equipaje listo en la puerta de casa esperando a que mañana me pasen a buscar. Es tarde y toca dormir, ha sido un día duro y estoy agotado…o quizá sea la edad… ¡hoy fue mi cumpleaños!

Os seguiré informando…

lunes, 28 de junio de 2010

De aeropuertos, peceras y ciudades nevadas

Lunes, 11 de Enero de 2010

Salir de Colombia a través del aeropuerto de Bogotá, puede llegar a convertirse en toda una odisea tortuosa e interminable. Hoy lunes, a primera hora de la tarde, aterrizamos aquí en un avión de hélice que 50 minutos antes había despegado de Manizales. Fuimos a comer a un restaurante italiano de la céntrica zona comercial y de ocio de “la T” capitalina y, a eso de media tarde, regresamos al aeropuerto preparados psicológicamente para afrontar el via crucis policíaco-burocrático-aduanero de plastificado de maletas, facturación, exceso de equipaje…y, como no, innumerables controles que, ya sabíamos por experiencia, nos quedaba por pasar.

Dos escáneres, una apertura de maletas y tres perros más tarde, nos encontramos sentados en una claustrofóbica y acristalada sala de espera – cada vuelo tiene la suya propia con su enésimo y particular control -, en la que, hasta el aire, casi estático, parece tener restricciones para circular.

Los retrasos son largos y la paciencia muy corta. Me levanto de la silla y recorro, como un autómata, los escasos cinco metros que me separan del ventanal que da a la pista. Luego, doy media vuelta, “nado” el camino inverso y pego la nariz al grueso cristal que mantiene aislado nuestro hermético mundo inmóvil del pasillo central de la zona de embarque del aeropuerto. A través de él, me llega la imagen muda de gente con prisas arrastrando pintorescas maletas. Me aburro y mi mente divaga…una preciosa sirena de ojos rasgados y tez oscura, pasa junto a mí moviendo sensualmente la cola mientras un huraño pulpo de mirada lasciva la observa abrazado a una bolsa del duty free. Por mi boca comienzan a escaparse burbujas que huyen hacia arriba avivadas por el aleteo brusco de mis brazos…definitivamente, me siento como pez en pecera.

Los minutos pasan lentos. En un momento determinado, una esbelta señorita de uniforme raído y "coletear" cansino, se "zambulle" en el acuario y se dirige hacia la puerta de embarque generando gran expectación. Toma el micrófono, comprueba que funcione correctamente, nos informa del ya obvio retraso y, en una cuarta forma de control más selectiva, va llamando a pasajeros individualizados para que, previa colocación de un chaleco amarillo, bajen a pie de pista a abrir alguna de sus maletas – esto deja inservible el plastificado pagado anteriormente – porque un celoso perro policía se ha “excitado” al refregar su hocico por ellas. Y aunque uno, con un esportón cargado de capotes y muletas, ya tiene asumido que, antes o después, terminará poniéndose el consabido chaleco, no puede evitar que un ligero cosquilleo nervioso recorra todo su “escamado” cuerpo al oír su nombre y tener que perderse, escaleras abajo, por un solitario y frío túnel, acompañado por el funcionario de turno… ¿qué sabe nadie por qué manos habrá pasado el equipaje desde que lo facturamos, hora y media antes, hasta ahora?...

Es casi media noche cuando el vuelo de Avianca con destino final Madrid despega, por fin, del aeropuerto de Bogotá. Mañana, a eso de las 8 am hora española, estaremos aterrizando en Barajas. Nos aconsejan que llevemos preparados los abrigos. Hace tan sólo una semana nos despidió una ciudad engalanada de luces. Se apagó la navidad, volvió la nieve. La Castellana blanca…estamos deseando verla.


El avión de hélice de Avianca que nos trajo de Manizales a Bogotá, justo después de aterrizar.
Cartel en el aeropuerto de Bogotá con retratos de algunos de los secuestrados por la guerrilla más veteranos. Al pie de cada foto, un número con los años de secuestro.

sábado, 12 de junio de 2010

Manizales

Domingo, 10 de Enero de 2010

Manizales, fundada en 1849, es la capital del departamento de Caldas. Con cerca de 400.000 habitantes, y situada en la Cordillera Central, cerca del Nevado del Ruiz, en el Sudoeste del país, forma parte del eje cafetero colombiano.

Hasta aquí llegamos hace unos días para torear un festival, el pasado jueves, y una corrida de toros, hoy domingo. En medio, un tentadero, un tobillo inflamado, médicos, fisios, toreo de salón…y muchas horas de espera.

Esta mañana, Curro, Aitor y Carretero fueron al sorteo mientras Cayetano y yo nos quedamos en El Termales. Debido a la hora de la corrida y a la distancia a la ciudad, pronto comimos y pronto comenzó el torero a vestirse.

Gran ambiente en la plaza con lleno de No Hay Billetes. En el cartel, toros de Ernesto Gutiérrez para Ponce, Bolívar y Cayetano; que cortó una oreja a su segundo y no abrió la puerta grande por fallar a espadas con el malo primero.

Regresamos al hotel cuando ya hace rato que se ha puesto el sol. Ahora toca recoger y dejar todo listo. Mañana, a eso del mediodía, emprendemos el camino de regreso a casa. Pero antes, esta noche, iremos con el doctor Osorio y su familia a un club social cercano a ver una exhibición de grupos caribeños tocando calipsos, merengues y ballenatos...tan parecidos entre sí para ignorantes como nosotros y tan distintos para gente que lo ha mamado como ellos. En cualquier caso, todo un acontecimiento aquí.


Gran ambiente en la plaza de toros de Manizales para ver a Ponce, Bolívar y Cayetano. En primer término, el maestro Curro Vázquez.


En el "Termales" después de la corrida: Carretero, Aitor y yo con Rogelio Caballero, en el centro - patriarca de los mozos de espadass y ayudas colombianos -, su hijo Manolo, a la derecha, de rayas, y un amigo, de camisa clara a la izquierda de la imagen.

lunes, 31 de mayo de 2010

De ascenso de ríos y cantos rodados

Sábado, 9 de Enero de 2010

El torero es testarudo, cuando se le mete algo en la cabeza – no hay más que acordarse de su idea de ponerse a torear con 28 años – no para hasta que lo consigue. Y eso, en esta profesión, se cotiza al alza. Esta mañana, después de desayunar, Aitor y yo lo acompañamos a dar un paseo. Esta vez, ladera abajo dirección Manizales. Pronto dejamos el concurrido y asfaltado camino principal para perdernos por polvorientos senderos secundarios incrustados en la selva. Deambulamos sin rumbo, por el simple placer de caminar. Al llegar a un precario puente que salvaba un encajonado riachuelo, el torero se para, observa – la alborotada agua discurre entre enormes cantos rodados que ha ido arrastrando la corriente desde la parte alta de la montaña en época de lluvias – y maquina – se disparan mis alarmas -… “¿y si buscamos la forma de bajar y regresamos al hotel subiendo por el cauce?”…

Sobra decir que, media hora que estuvo buscando la manera de abrirse camino hasta el riachuelo por las verticales y espesas laderas, media hora que estuvimos Aitor y yo detrás de él intentando convencerle – sin ningún convencimiento – de que no era buena idea. Y, como era de esperar, cuando nos quisimos dar cuenta, ya estábamos los tres ascendiendo río arriba, saltando de piedra en piedra en unas ocasiones y agarrados a las paredes que lo encajonaban en otras. La idea: llegar hasta las cercanías del hotel por el cauce, sin pisar el agua. Ni que decir tiene que, no habían transcurrido ni 5 minutos desde el “pistoletazo” de salida cuando yo ya había perdido el equilibrio – y de paso la competencia – metiendo los pies hasta las mismísimas rodillas, por no mencionar otros miembros de "ovalada redondez" que están más arriba, en el helado líquido cristalino. La parte buena de esto es que me sirvió para relajarme y, cuando llegaba un tramo complicado, mientras ellos se estrujaban la cabeza – cual jugadores profesionales de golf - dilucidando cómo lo salvarían sin mojarse, yo tranquilamente lo atravesaba con mis zapatillas “caladas”. Total, era llover sobre mojado…

En honor a la verdad, y al ganador, he de reconocer que el duelo estuvo reñido y emocionante hasta casi el último instante en que, en un error de cálculo “imperdonable”, y con el hotel ya a tiro, el torero metió un pie – sólo uno – en el “frío elemento”. Fue un momento "dramático" que quedará para siempre grabado con letras de oro en la historia de los grandes duelos de ascenso de río sobre cantos rodados…

Cambiando de tercio, Curro Vázquez y Carretero habían partido hoy temprano al campo para estar presentes en el embarque de los toros de mañana y en su posterior desembarque en la plaza. Era todavía pronto cuando regresamos de nuestra “aventura fluvial” así que los esperamos para almorzar entrenando "de salón".

Por la tarde, "bajamos" a ver la corrida de Juan Bernardo Caicedo. En el cartel, Uceda Leal y Daniel Luque, que cortó una oreja. Luego, vuelta al hotel, más toreo de salón y un poco de termas. Se hace larga la espera…Compartimos cena con el Dr. Osorio – que vino a examinar el tobillo – y comedor con Manolo Molés y el maestro César Rincón, que a la sobremesa se sentaron con nosotros. Una noche más, la piscina que tenemos delante sigue rebosante de bañistas que se relajan a ritmo de ballenato. Es temprano todavía cuando nos retiramos a descansar. Mañana compartimos cartel con Ponce y Bolívar


Gran ambiente en la plaza de toros de Manizales
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En la puerta de mi bungalow, Álex Caballero, nuestro "ayuda" colombiano, dejando todos los "trastos" a punto para mañana...

lunes, 24 de mayo de 2010

El doctor Osorio

Viernes, 8 de Enero de 2010

Cercano, afable, campechano, buen conversador – sus manos examinan cada día el tobillo mientras sus historias van dando paz al alma - y conocedor de los entresijos de la psicología humana – es de esas personas que rápidamente se aprende el nombre y la función de cada uno -, el doctor Osorio nos inspiró confianza desde el primer momento. Antes de formar parte del Once Caldas, estuvo muchos años vinculado al mundo de la bicicleta, “cuando el ciclismo todavía era el ciclismo”. Fue médico personal de Lucho Herrera - aquel mítico escalador de los 80’s que ganara una Vuelta - y trabajó para el Kelme de Vicente Belda y del también colombiano Fabio Parra, recorriéndose varias veces España, Francia e Italia con la “serpiente multicolor” de pueblo en pueblo. Esta mañana volvió a pasar por el “Termales” después del desayuno, chequeó al paciente al ritmo de anécdotas, comprobó que la evolución seguía su curso según lo previsto y prescribió continuar con el tratamiento intensivo hasta la corrida de pasado mañana.

Luego, con Curro, Aitor y Cayetano, fuimos a dar un paseo ladera arriba del Nevado del Ruiz a través de pedregosos caminos “cavados” en el corazón de la selva. Alguien nos comenta que esta caminata hubiera sido impensable hace muy pocos años debido a la otrora omnipresencia de la guerrilla: “desde que está Uribe, hay más seguridad”, sentencia. La falta de oxígeno empieza a ser acuciante cuando decidimos emprender el retorno. Poco a poco, las cerradas laderas de la parte alta de la cordillera vuelven a dejar paso a los abiertos valles de la zona baja donde esporádicos y ladinos campesinos ordeñan a sus resignadas vaquitas. Llegamos al hotel con el tiempo suficiente para darnos un baño en las termas – Castella, que torea esa tarde, prueba muletas en la puerta de su cercano bungalow -, ducharnos, comer y “bajar” a Manizales a ver los toros.

Buena corrida de César Rincón en la que El Juli cortó un rabo y Castella indultó un toro. Ya de vuelta en el hotel, un poco de toreo de salón, otro poco de fisio, cena y a dormir. De España nos llegan noticias de que ¡hasta Sevilla esta cubierta de nieve! Qué tiempo mas loco…



El doctor Osorio, que estos día está alternando la pretemporada con el Once Caldas con la recuperación del tobillo del torero, con José Antonio Carretero. De fondo, nuestros bungalows del Termales El Otoño.


Volviendo de nuestro paseo por las laderas del Nevado del Ruiz: un lugareño ordeña a una vaquita mientras otra espera pacientemente su turno detrás. Todo sea por degustar el "delicioso"manjar que hay en el bote...

miércoles, 19 de mayo de 2010

Festival Nocturno

Jueves, 7 de Enero de 2010

El doctor Mauricio Osorio se presentó esta mañana en el hotel poco antes de las 7:30 am., examinó al torero, comprobó que la evolución iba según él lo había previsto e indicó seguir con el intensivo tratamiento de medicamentos, electricidad, fisioterapia y reposo hasta las 13 horas en que volvería a pasarse para entonces ya sí, hacerle una serie de pruebas motoras y tomar una decisión definitiva sobre si estaba en condiciones o no de torear por la noche.

Mientras tanto, Curro Vázquez y José Antonio Carretero habían partido temprano al campo para estar presentes en el embarque del festival y en el posterior desembarque en la plaza.

A la 13 horas., el doctor Osorio estaba de vuelta en el hotel. Le pidió a Cayetano que saliera al jardín y que intentara caminar sobre la hierba apoyando sin miedo el pie. Hubo un momento de cierta incertidumbre que pronto quedó despejado. Entre ayer y hoy, la noche y el día. Obrado el “milagro”, objetivo cumplido: “Esta noche a torear y después, a seguir con el tratamiento, que esto todavía tiene que mejorar mucho hasta la corrida del día 10”.

Comí con el torero en el porche de su bungalow y, mientras él se retiraba a descansar, yo me dispuse a preparar las cosas con Álex Caballero, el ayuda local, y a esperar a que regresaran Curro y Carretero del desembarque.

En cuanto al festival, previamente asistimos a un precioso espectáculo de incomparable belleza: se apagó toda la iluminación eléctrica de la plaza y, a la vez que el abarrotado tendido iba poblándose, cual si de un firmamento estrellado o de la mar en la noche "del Carmen" se tratase, de cientos de pequeñas lucecitas que emanaban de los candiles que portaba la gente, la imagen de una virgen local era paseada en procesión por el albero. Luego de una breve ceremonia religiosa, se despejó el ruedo y salió el primer novillo.

Castella cortó una oreja y Luque 2. Cayetano, para continuar con la racha de mala suerte, se llevó el ejemplar más deslucido. Lo importante es que el tobillo aguantó el esfuerzo. Y ahora, al hotel a descansar, que mañana hay que seguir avanzando.



Procesión previa al festival: se apagan las luces y se encienden los candiles. El tendido, como un firmamento estrellado o como la mar en la noche "del Carmen"...


Se apagan los candiles y se encienden las luces: comienza el festejo.

lunes, 17 de mayo de 2010

Día de Reyes: Tentadero Accidentado

Miércoles, 6 de Enero de 2010

Hoy, miércoles 6 de Enero, día de Reyes, y a 36 horas de haber llegado a Manizales, nos pusimos realmente a “funcionar”. Nos levantamos temprano, a eso de las 7, y nos dimos un buen desayuno a base de frutas tropicales – ¡qué bueno el jugo de mango! -, arepas y otros manjares. Luego, un paseo por los alrededores y a preparar las cosas: a las 11 am habíamos quedado en lo de Ernesto Gutiérrez, muy cerquita del hotel, para tentar unas vacas y atender a la prensa.

Ya comenté en alguna ocasión que éste es un mundo lleno de imprevistos en el que hay que estar cambiando de planes y solventando problemas a medida que van surgiendo. El caso es que toreaba Cayetano esta mañana a su segunda vaca con la muleta, cuando ésta le propinó, con todo su peso y la inercia que traía, un tremendo pisotón en el tobillo izquierdo que en segundos le imposibilitó si quiera el poder apoyar el pie en el suelo. Se dispararon las alarmas y la preocupación se adueñó de todos nosotros en pocos segundos. Tantos kilómetros para que ahora, un percance, en principio, sin la mayor importancia y que suele suceder con cierta frecuencia en el campo, pueda tener consecuencias más graves de lo normal. La primera medida fue suspender el tentadero y bajar a Manizales en busca de algún médico que nos tranquilizara y descartara lo más temido por todos: una fractura.

Breve fue la consulta y más breve aún el diagnóstico y las indicaciones: Nada serio. Reposo y pastillas. Quizá ése fuera el tratamiento correcto para alguien que trabaja en una oficina, pero no para quien al día siguiente lo que tiene que hacer es torear. Así que salimos de allí con las mismas dudas y preocupaciones que entramos, una pelota por tobillo y pensando, camino del hotel, en buscar un médico especializado en deportistas de élite que fuera capaz de hacer que una persona pasara, en menos de 24 horas, de no poder ni apoyar un tobillo, a ponerse delante de un toro de 500 kilos.

Y de esta forma es como llegamos al doctor Mauricio Osorio, actualmente al servicio del Once Caldas, prestigioso club de fútbol local que llegó incluso a ganar la Copa Libertadores – equivalente sudamericano de la Champions – hace unos 6 años contra mi muy querido Boca Juniors. Su persona nos ha inspirado confianza desde el primer momento. Ha llevado a cabo todas las pruebas pertinentes, ha emitido un diagnóstico y, lo que es más importante para nosotros, ha elaborado un intensivo plan de recuperación que, según afirma, si el torero sigue a rajatabla, no sólo le permitirá apoyar el pie mañana, si no también estar en “condiciones” de poder torear el festival nocturno.

Inmediatamente no pusimos manos a la obra. Esta tarde hubo pinchazos, pastillas, sesiones de fisioterapia, tratamientos a base de electricidad, mucho hielo en la zona y reposo absoluto.

Aitor y yo, mientras tanto, decidimos “probar suerte” en las aguas termales, dándonos un bañito de poco más de media hora antes de cenar que, he de reconocer, nos sentó fenomenal: cuenta Manolo Molés – asiduo a esta feria y a este hotel desde hace más de 20 años – que él, después de una semana aquí a principios de cada año, no vuelve a tener achaques de salud hasta Agosto…ya veremos.

Pasamos por la habitación del torero antes de irnos a dormir. Su estado de ánimo y la “cara” de su tobillo son otros comparados con esta tarde. Mañana vuelve el doctor Osorio a las 7:30 am. En la mente de todos, el festival de dentro de unas horas y, sobre todo, la corrida del día 10. De momento, toca esperar…




Tentando en lo de Ernesto Gutiérrez.

viernes, 14 de mayo de 2010

Una Noche de Reyes...Sin Cabalgata

Martes, 5 de Enero de 2010

Para la gente española de mi generación, que nunca antes habíamos oído hablar de él y rara vez después volvimos a hacerlo, el nombre de Nevado del Ruiz quedará eternamente asociado a la palabra “tragedia” y a la imagen de una niña – Omayra Sánchez - de tan sólo 13 años de edad que, atrapada ya por siempre en el fango, se despedía ante las cámaras de televisión de su madre; dándonos, de paso, una lección de entereza y dignidad, hasta el último instante, que dio la vuelta al mundo sacándonos los colores como especie: en la era de la tecnología y la comunicación, en que hemos puesto hombres en la luna y satélites que predicen el tiempo en órbita, ¿cómo es posible que esa niña agonizara durante tres días sin que la única bomba de extracción de agua que había cercana llegara a tiempo? Fuimos capaces de llevar la imagen de su agonía en tiempo real y sin retardo hasta el último rincón del planeta, pero no de hacer llegar hasta su pueblo esa bomba de agua que le salvara la vida. Tenemos muchas cosas sobre las que reflexionar…

Pues bien, en las faldas del Nevado del Ruiz, y a poco más de media hora de Manizales a través de un accidentado camino, se halla el hotel Termales el Otoño que, visto con cierta perspectiva, bien pudiera confundirse con una bella aldea andina de entreveradas callejuelas; salvo por un par de “detalles”: en vez de casas precarias de ladrillo y adobe, habría que hablar de bungalows; y en vez de charcas enfangadas, de piscinas termales que se nutren de las aguas, ricas en minerales, que manan de las entrañas del volcán.

Como ya “predije” anoche, hoy nos despertamos muy temprano y coincidimos todos, poco después del alba, en el comedor. Por allí ya pululaba Luis Bolívar, que toreaba esta tarde un mano a mano con Perera. Mañana soleada, ligeramente fresca y con algo de humedad, que dedicamos básicamente a situarnos sobre el terreno, dar un paseo y maravillarnos del bellísimo paisaje andino, de escarpadas e infinitas montañas de exuberante vegetación, en que está enmarcado el hotel.

Los toros en América suelen empezar bastante antes que en España, sobre las 3 pm, así que comimos pronto y “bajamos” a Manizales a ver la corrida. El tiempo, como es habitual por estas tierras, cambió radicalmente a primera hora de la tarde. Unos negros nubarrones amenazaban con lluvia. Y aquí ,cuando llueve, aunque sólo sean 5 minutos, más que llover, se viene el cielo abajo. La imagen en los tendidos resultaba, hasta cierto punto, cómica. Como si de un acto reflejo se tratase, era escucharse un trueno y la gente correr instintivamente hacia arriba a refugiarse tras los arcos de grada. Salía el sol otra vez, y vuelta a bajar al tendido. Así durante toda la corrida. Público ascensor que lo bautizamos.

En la plaza, nos llamó poderosamente la atención el hecho de que, a pesar de que no dejan introducir en ella comestibles ni bebidas, salvo unas rudimentarias bolsas de plástico transparente rellenas de refresco que se venden en la entrada para tomar con pajita, tampoco se puede adquirir nada en su interior. Y para nosotros que, como quien dice, "acabamos de llegar" de México, esta “quietud consumista” contrasta radicalmente con el “intenso tráfico” que se “sufre” en los tendidos de La México en donde, no exagero si afirmo, se puede contar un vendedor ambulante – y de las más variadas especializaciones – casi por cada espectador. Pero hay otro dato más curioso todavía si cabe tratándose de un recinto totalmente abierto: está absolutamente prohibido fumar en su interior. Qué de contrastes en el antaño “país del narco, la guerrilla y la inseguridad”. Tan “atrasados” en unas cosas y tan “vanguardia” en otras.

La corrida transcurrió bien. En el tendido coincidimos con la cuadrilla de El Juli y con otros “viejos” conocidos nuestros, como el novillero mexicano Santiago Fausto, que lleva unas semanas toreando por aquí.

Anochece cuando regresamos al hotel. En la piscina termal que hay frente a la terraza del comedor, los huéspedes se hacinan a ritmo de ballenato haciendo caso omiso a las bajas temperaturas de esas horas. Todavía no son las 11 pm cuando los párpados ya comienzan a caerse presos del jet lag. Alguien recuerda que es 5 de Enero y propone hacer el “amigo invisible”. No había caído…y aunque no es la primera vez, qué rara se hace una noche de Reyes sin reyes, una noche de Reyes sin cabalgata…Dejaré los zapatos en la puerta, por si acaso. De ilusiones también se vive.



Plaza de toros de Manizales, mano a mano Bolívar-Perera. De izquierda a derecha en la fila de arriba: Salvador Núñez (picador de El Juli), José Antonio Carretero, Aitor Sánchez, Ramiro Curá y Álex Caballero (nuestro ayuda en Manizales). Y, en primer plano, un escalón por debajo, Luis "el castrileño", banderillero hasta la temporada pasada a las órdenes de Pablo Hermoso y en esta ocasión en América con el también rejoneador Álvaro Montes.


Reencuentro con Santiago Fausto, joven novillero mexicano, "viejo" amigo nuestro.

jueves, 13 de mayo de 2010

Rumbo a Manizales

Lunes, 4 de Enero de 2010

Madrid nos despide con el mismo humor que nos recibió hace 3 semanas, es decir, con lluvia, frío y niebla. Reencuentro con los compañeros - nos vuelven a acompañar Aitor Sánchez y José Antonio Carretero -, comentarios sobre las navidades y 10 horas por delante para comer, dormir, leer, ver películas…y, sobre todo, aburrirnos mucho.

Llegamos a Bogotá a eso de media tarde. Una voz cansina y tediosa nos anuncia a través de los altavoces que, el vuelo a Pereira, a 1 hora de Manizales en coche dirección sudoeste, saldrá con más de 2 horas de retraso. Comemos algo en el aeropuerto, más por matar el tiempo que por hambre, y nos dirigimos a la puerta de embarque a seguir esperando.

50 minutos después del despegue, el avión de hélices en que viajamos procedente de Bogotá, toma tierra en Pereira. Allí nos esperan Rogelio Caballero y sus hijos - Álex y Cristian -, magníficos mozos de espadas que atienden a la mayoría de los toreros de fuera a su paso por este país. En una perfecta labor digna del mejor jugador de tetris, consiguen hacer entrar el voluminoso equipaje que llevamos en la vieja furgoneta de transporte escolar que nos va a trasladar.

Una hora más tarde, y tras sortear un accidentado camino de cordillera a través de la noche andina, llegamos por fin a nuestro destino: el hotel Termales El Otoño a las afueras de Manizales. Han pasado casi 24 horas desde que salimos de Barajas - o lo que es lo mismo: 2 aviones y una camioneta escolar aderezados con un trozo de carretera de montaña y una pizca de retraso – cuando escribo estas líneas desde mi habitación del hotel. Es la 1 de la madrugada en Colombia - 7 am en España -, en Madrid seguirá lloviendo mientras la M-30 - no me acostumbro a eso de Calle 30 – estará comenzando a poblarse un día más de conductores cabreados camino de la oficina. Pero la Cibeles queda lejos y en esta orilla ahora toca dormir…aunque, con el jet lag, seguro que a las 6 am coincidimos todos, sin acordarlo, en la puerta del comedor esperando que lo abran para poder desayunar. Pura compenetración profesional.

miércoles, 12 de mayo de 2010

Interludio Navideño

Domingo, 3 de Enero de 2010

El tiempo pasa deprisa. Hace apenas 3 semanas, aterrizábamos en Barajas procedentes de México; y hoy, día 3 de Enero, ya estamos preparando el equipaje nuevamente. En medio, familia, turrones, cambio de año - ¡y de década! -, temperaturas glaciales, mucha lluvia...y poco campo. El invierno está siendo duro en España.

Mañana día 4, cruzamos el charco nuevamente. Esta vez, el destino es Manizales (Colombia) – 1 festival y 1 corrida – y sólo por 1 semana.

Os mantendré informados…

lunes, 10 de mayo de 2010

La México

La México engaña. Me explico: uno ha oído hablar tanto de ella y de sus colosales dimensiones que, cavada en la tierra en sus dos terceras partes, la primera vez que la contempla desde afuera, no puede más que decepcionarse de su “reducido” tamaño.

Pero esta circunstancia no hace sino multiplicar el impacto que produce en el aficionado, después de haber llegado hasta el recinto sorteando vendedores ambulantes de lo más variopintos y extravagantes, acceder a sus entrañas a través de las bocas de entrada situadas a nivel de calle y “toparse” con ese infinito y vertical agujero que parece descender, dibujando círculos concéntricos, hasta el mismo corazón de la tierra. El ruedo, allá abajo, lejano, minúsculo, como el punto central de una diana a la que, acertar desde aquí arriba, sería poco menos que tarea imposible. Me advirtieron de este contraste la primera vez que vine, pero aún así, no dejó de sorprenderme.

Voy pensando en todo ello mientras la camioneta que nos traslada a la plaza, con Aurelio al volante, discurre por Insurgentes. Nuestro destino se acerca y el tráfico se ralentiza. Doblamos a la izquierda, pasamos por debajo de un puente y encaramos la calle secundaria en que se encuentra la plaza. Últimos metros. Control policial. Vía cortada. “Buenas tardes, somos toreros”. “Ok, adelante. ¡Suerte matador!”. A partir de aquí, avanzar se convierte casi en una quimera. La gente golpea los cristales, pide fotos, grita, desea triunfos…se me vienen a la cabeza “llegadas” a otras plazas: Madrid, Valencia, Bilbao, Sevilla… ¡Ronda!...tan distintas y tan iguales.

A duras penas, y con un Aurelio cargado de paciencia, conseguimos alcanzar la bonita y descuidada puerta que da acceso al recinto donde se encuentra la plaza. Una vez dentro de él, nos encontramos con dos pronunciados y descendentes caminos que circunvalan el coso por el exterior para acabar confluyendo en el patio de cuadrillas, situado muchos metros por debajo del nivel de tierra y justo en la parte opuesta a por donde hemos entrado. Las “normas internas de tráfico” dictan que se ha de circular en el sentido de las agujas del reloj, es decir, se desciende hasta el patio bordeando la plaza por la izquierda para luego, al final de la corrida, ascender haciéndolo por la derecha. Pero para esto último, todavía quedan 6 toros y 3 horas de por medio. De momento, toca bajar de la camioneta, saludar a los compañeros, liarse el capote de paseo y salvar, a través del “oscuro túnel”, el desnivel restante hasta poder pisar, ya por fin, el impoluto albero. Viaje al centro de la tierra se llama la película. Toda una odisea.

Magnífico ambiente en la plaza – nos cuentan que la mejor entrada de lo que va de ciclo junto con la de la corrida de apertura de temporada, todo un clásico, y la de José Tomás de la semana pasada - para ver un cartel de lo más atractivo: el Payo – joven y emergente figura local -, Armillita – veterano torero “con sabor” que retorna a los ruedos sólo para la ocasión – y Cayetano – de quien tan buenas noticias llegan del otro lado del “charco” y que, a la vez que confirma alternativa, debuta en México..

Ya comenté que la corrida que en principio venía – Arroyo Zarco – fue rechazada casi en su totalidad y se sustituyó por una de San Isidro. El único lote bueno se lo llevó El Payo y no lo desaprovechó. Armillita hizo un gran esfuerzo con el suyo, “tragando mucho” y dejándonos preciosas pinceladas para el recuerdo. Y Cayetano, a pesar de los toros – y de la espada – se marcha dejando su sello, marca de la casa, y un muy buen “ambiente”. Ovación cerrada al abandonar la plaza.

Subimos deprisa el pronunciado túnel hasta el patio de cuadrillas donde nos esperan Aurelio y su camioneta. Me falta el aire, se nota la altura. Esta vez buscamos la puerta de salida al recinto circunvalando el coso de forma ascendente por su lado derecho - siempre en el sentido de las agujas del reloj -, la gente se vuelve a amontonar sobre los cristales gritando y pidiendo fotos. Ya no desean suerte, ahora dan la enhorabuena. “¡Vuelve pronto Cayetano!”, “¡Te queremos!”. Euforia, calidez, gratitud. El coche avanza despacio entre la muchedumbre. “Qué bonito, qué afición más apasionada”, comenta alguien en la camioneta. Tras 15 “cortos” minutos”, alcanzamos la calle. “Esta pasión, esta cuesta y esta gente son un arma de doble filo. Cuando salen las cosas bien, se agradece. Pero no os podéis ni imaginar lo "lento" que pasan los minutos y lo “largo” que se hace este trayecto cuando no ha habido suerte”. Qué relativo son espacio y tiempo, ¿verdad maestro?…

Insurgentes dirección Polanco a través de calles eternamente atascadas. La aventura azteca, didáctica, enriquecedora, apasionante, poco a poco irá ocupando su lugar en las habitaciones de nuestro pasado reciente. Pero eso será a partir de mañana. Ahora nos espera el hotel y allí, liquidar a la cuadrilla local y poner a lavar el vestido. Luego, una ducha, los amigos y la noche mexicana…que después de casi 4 semanas en este país a base de agua ya va siendo hora de poder saborear un tequilita. ¿No os parece?



Puerta que da acceso al recinto de la plaza. Sus dimensiones desde fuera "decepcionan". Sólo al asomarnos a sus bocas de entrada, tomamos verdadera conciencia de la magnitud del "agujero". Al patio de cuadrillas, situado justo en la parte contraria a esta portada, se llega bordeando la plaza a través de un camino descendente que la circunvala.


El día después desde mi habitación del hotel Presidente: La bandera mexicana del Auditorio Nacional enmarcada entre la chaquetilla y la taleguilla del vestido. Todo un símbolo de estas 3 semanas. Ahora toca recoger. España nos espera...

viernes, 30 de abril de 2010

Calma Tensa

Sábado, 5 de Diciembre de 2009

Hoy fue uno de esos días de relativa calma en que las horas pasan lentas. El torero quería evadirse un poco de tanta presión – la procesión va por dentro – y marchó con unos amigos a dar un paseo por la capital y alrededores: Tenochtitlán, el Zócalo, la Virgen de Guadalupe

Yo me quedé en el hotel ensobrando y repartiendo las entradas de encargo - ¡150! – y atento con el apoderado a cualquier novedad-imprevisto que pudiera surgir.

Por la tarde, “monté” el esportón – capotes, muletas, palillos – y le di algunas indicaciones a tener en cuenta sobre las particularidades del torero a Felipe, nuestro “ayuda” mexicano.

Por la noche, cena con la cuadrilla en el restaurante italiano del hotel y a mi habitación a dejar “montada” la silla. Luego, a descansar. Mañana es el gran día…




Improvisada "oficina" de reparto de entradas montada en mi habitación del hotel Presidente. De izquierda a derecha: Juan Antonio De Labra (periodista mexicano responsable de Mundotoro México), Alejandro Otero, Aurelio García "Montoyita" y Curro Vázquez.

jueves, 29 de abril de 2010

La guinda

Viernes, 4 de diciembre de 2009

Esta profesión está llena de días inolvidables. Y hoy, sin duda, fue uno de ellos. Me levanté temprano, a eso de las 9, desayuné y subí a la habitación a preparar las cosas: leotardos, medias, ligas, camisas, un par de vestidos, capotes, muletas, palillos, espadas…a las 11 am habíamos quedado en el hall del hotel con todos los amigos venidos de España para la ocasión. Teníamos una cita muy especial a mediodía en un lugar cercano, y pensamos que a ellos les gustaría acompañarnos a tan singular y exclusivo encuentro.

A eso de las 11:30 am, partió la comitiva formada por 5 ó 6 camionetas dirección Insurgentes. 15 minutos después, ante nuestros ojos, "La México". Acceso restringido, en su interior sólo el personal del coso, la familia del ganadero, nuestros amigos y el impresionante esqueleto de cemento desnudo de la plaza más grande del mundo.

El torero se cambia, sin mucho ritual, en unos desconchados y húmedos vestuarios. Una toalla blanca sobre el frío suelo sirve de improvisada alfombra. Primero, los leotardos y las medias, luego las ligas y la taleguilla…me pide que, hasta el momento de empezar, lleve yo puesta la chaquetilla nueva para ir hablandándole las rígidas mangas. Bajamos por unas estrechas escaleras desde el edificio donde se encuentra el vestuario hasta el patio de cuadrillas, saludamos al personal y nos disponemos a encarar el túnel de entrada que conduce hasta el "hundido anillo".

Como si de un último acto de consideración para con los toreros justo antes de que suenen los “clarines de la verdad” se tratase, el arquitecto, seguramente consciente de la imponencia de la plaza que se disponía a levantar, diseñó un patio de cuadrillas “separado” del callejón y del ruedo propiamente dichos, por un oscuro, largo y descendente túnel desde cuya boca de entrada, debido a su longitud y desnivel, se puede oír, presentir el intimidatorio ambiente de la plaza una tarde de toros, pero no verlo. Sólo a medida que se avanza por el negro corredor, se va dibujando la plaza al final del mismo. Primero, el albero, liso, impoluto, solitario…luego, las primeras filas del tendido bajo. A mitad de camino ya comienza a intuirse la magnitud del escenario mientras los segundos por el oscuro agujero se van haciendo interminables (no quiero ni imaginarme el domingo). El torero desciende firme en taleguilla y camisa; yo, a su lado, con la chaquetilla puesta. “Qué de experiencias tan bonitas estamos viviendo, ¿verdad? Este instante no lo vamos a olvidar nunca”, me comenta sonriente. A través de la boca de salida el cuadro se va completando de abajo a arriba. Aparece la fila 8, la fila 9, unos segundos más tarde el tendido alto y el anfiteatro no numerado. El final se acerca y, ahora sí, como una obra de arte recién acabada, la plaza se ofrece ante nuestros ojos en toda su grandeza. Hueca, vertical, interminable…hasta el mismo punto donde comienza el cielo.

Algo de aire y un buen toro de Xajay para poner la guinda a un mes de entrenamiento ejemplar. De regreso al hotel, inevitable recordar cuando hicimos esta misma operación días antes de la Confirmación en Las Ventas... ¡Qué privilegio!

Mañana, nada de toros. “Jornada de reflexión”. La suerte está echada…
La México, sólo para nuestros ojos...

lunes, 22 de febrero de 2010

Rumbo al DF: el cículo se cierra

Jueves, 3 de Diciembre de 2009

Esta mañana tocaba recoger, dar un último paseo de despedida alrededor de la linde de Jofre – ¡cómo ha crecido la alfalfa desde que llegamos hace ya más de tres semanas! – y despedirnos del personal que tan pendiente ha estado de nosotros todos estos días y tan bien nos ha tratado (nunca faltaba por las mañanas una buena jarra de zumo de naranja natural ni un plato de huevos revueltos – un poquito “picoso” - con pimiento y cebolla).

Por la tarde, otro novillo y otro toro en La Joya. Día a día hemos ido contemplando – disfrutando - la progresión del torero y su adaptación al toro mexicano, de embestida más larga y al que hay que “esperar” más y “hacerle”, normalmente, las cosas “por abajo”. Todo ha estado bien calculado, bien organizado…con los tiempos perfectamente “marcados” por el maestro Curro Vázquez...

Antes de abandonar Querétaro definitivamente, breve paso por el hospital para que le quiten a Cayetano los puntos que le dieron en el labio hace unos días, después de un percance con un novillo en La Joya. Anochece cuando encaramos la autopista dirección sur. Atrás quedan 17 días de campo, 13 vacas, 12 novillos, 2 toros, mucho trabajo y, sobre todo, un montón de “buena gente” y de momentos irrepetibles. Por delante, mucho tráfico, algunos kilómetros y la imponente Ciudad de México esperando impaciente al final del camino. El círculo comienza a cerrarse.

-Por cierto, se me olvidó comentaros…que mañana, finalmente, sí que podremos. Así que tenedlo todo preparado. Nos vemos a las 11 abajo. Ahora, a descansar. Buenas noches…


Mis dos compañeros de habitación todos estos días en Jofre. Ambos de La México: el de la izquierda, del El Juli y el de la derecha, de Pablo Hermoso. Soportaron estoicamente, y sin quejarse, que los tuviera todos los días con las luz encendida, escribiendo o leyendo, hasta altas horas de la madrugada...¡Va por ellos!

domingo, 21 de febrero de 2010

La Joya nuevamente

Miércoles, 2 de Diciembre de 2.009

Hoy el día se levantó bueno, algo frío pero soleado. La rutina de todas las mañana (paseo, toreo de salón…) y, por la tarde, a La Joya, la otra finca de Jouey, a menos de una hora de Jofre, a torear un novillo y un toro. Cayetano se vistió de torero y estuvo muy bien.

Luego, breve paso por Querétaro y vuelta a Jofre. Hoy será nuestra última noche aquí. Nos asaltan sentimientos contradictorios: por un lado, pena por dejar este entorno tan maravilloso pero, por otro, ganas –ansias - de que llegue ya el momento. Al fin y al cabo, para eso estamos aquí.

Cenamos en la cocina entre anécdotas de Curro y Aurelio – ¡cuánto vamos a echar de menos estos momentos! – y luego, a sentarse frente al televisor a ver el vídeo de los tres novillos de hoy. Siempre hay algo que aprender.

Se hace tarde y hay que descansar, que mañana espera un día duro.

-Buenas noches, me voy a la cama.
-Buenas noches, que descanses.
-Por cierto, el viernes al final…
-Todavía no lo sé, mañana os cuento…
-Vale. Ojalá se dé…buenas noches.


La Joya. De izquierda a derecha: Victor de la Serna, José Antonio Carretero (ambos en el burladero), Óscar San Román (con sombrero) y, en el callejón, bebiendo agua, Aitor Sánchez.

viernes, 19 de febrero de 2010

Rueda de Prensa

Martes, 1 de Diciembre de 2.009

La mañana, fría y desapacible, traía malos augurios. Como siempre, nos levantamos temprano, dimos un gran paseo, desayunamos, nos duchamos y partimos para Arroyo Zarco, a una hora de Querétaro dirección sur.

Por el camino, llamó Curro Vázquez para confirmarnos lo que ya nos imaginábamos: que, al haberse “echado” tres toros para atrás, veían mejor cambiar la corrida entera a tener que “montar” la Confirmación” con dos “hierros” distintos. Y, como el maestro va siempre “por delante”, ya tenía en mente alguna que otra ganadería por si surgía – como efectivamente surgió – algún imprevisto.

Llegamos a Arroyo Zarco sobre la 11 a.m. Mucha expectación y casi tantos medios de comunicación como frío y viento. La noticia del cambio de ganadería se había corrido como la pólvora entre los periodistas y la pregunta que todos se hacían era obvia: “¿y ahora qué? ¿Qué corrida vendrá?”. El maestro Curro Vázquez buscó un lugar apartado para cambiar impresiones sobre el tema con su amigo Armillita, parte implicada y gran conocedor de las ganaderías locales. Éste le propuso San Isidro – de Aguascalientes – una de las que Curro tenía en mente. Estuvieron largo rato conversando.

El tiempo pasaba lento mientras el frío y el aire, a 2.700 metros de altitud, lejos de apaciguarse, iban en aumento. Alrededor del mediodía, se decidió también suspender el tentadero. Era imposible torear en esas condiciones.

Me imagino la decepción del ganadero: tantos meses de trabajo, tantas ilusiones puestas en una corrida para ahora verse allí, en su finca, en medio de tres toreros, presentando un bonito cartel en el que, por causas de última hora, no sólo no va su corrida si no que se va a “hablar” de otra ganadería. Delicada situación que, hay que decir en su descargo, supo llevar con clase y entereza.

Por la tarde, después de comer, regresamos a Jofre. Abandonamos Arroyo Zarco con una sensación agridulce: Por un lado, la tranquilidad de que la ganadería sustituta es de la confianza del apoderado; y, por otro, la desilusión de pensar que hace tres años, cuando vinimos a “hacer campo” por estas tierras, aquí tuvimos nuestro primer tentadero y que hubiera sido bonito para rematar la historia, que de aquí saliera también nuestra primera corrida en México…ya habrá otras oportunidades.

Comienzan a llegar los primeros amigos. Hoy, Víctor de La Serna y mañana, Fernando Domecq hijo – Zalduendo -, que está estudiando en San Diego (EEUU) y se va a hacer una “escapada” para aliviar el “mono” de campo y toros. Ambos se vendrán un par de días a Jofre con nosotros. ¡Estamos rozando el overbooking!

Quedan cinco días, entramos en la recta final. Mañana y pasado, tendremos toros “a puerta cerrada” en La Joya, la otra finca de Jouey, muy cerquita de Jofre. La idea es “levantar el campamento” el jueves después de los toros e irnos a dormir al DF para ya no movernos de allí hasta el día 6. Pero para eso, todavía queda. Y, el viernes, quizá cerremos la preparación con una bonita sorpresa…


Rueda de prensa: De izquierda a derecha: El Payo, Un representante de la empresa, Cayetano, el ganadero - Fernando Pérez Salazar - y Armillita.

Cayetano delante de un cartel de un mano a mano de su abuelo con Joselito Huerta.

Los dos maestros intercambiando pareceres...