Sábado, 18 de Junio de 2011
Atravesando pueblos de nombres tan sugerentes como Aveinte, Salvadiós, Peñaranda de Bracamonte, Espadaña o Cipérez, anoche llegamos a Vitigudino (Salamanca) para participar hoy en el festival homenaje que se iba a celebrar con motivo de los 50 años de alternativa de uno de los personajes más ilustres que ha dado esta tierra y de los toreros más emblemáticos de la segunda mitad del S. XX: Santiago Martín “El Viti”; conocido también, por la singularidad de sus iniciales y el juego que daban, mezclados con su hieratismo y majestuosidad al torear, como S.M. El Viti o, lo que es lo mismo, Su Majestad “El Viti”. El torero que más veces en toda la historia de Las Ventas ha abierto su puerta grande. ¡Ahí es nada!
Llegamos pasada la media noche de ayer. Junto a la barra del bar del hostal El Quijote, que hace las veces de recepción, la cuadrilla de El Cid jugaba a las cartas. Descargamos las cosas y nos fuimos a pasear atraídos por la curiosidad de un puerto nuevo y el frescor gratificante de la noche charra. Luna menguante, sonido de ranas cercanas y perros lejanos, arcos deteriorados en extraño equilibrio, iglesias de piedra y galerías adinteladas. Desde la terraza de la única cafetería abierta a esas horas, un hombre conversa y saca pecho con naturalidad mientras observa con indisimulada satisfacción a sus conciudadanos pasear. Su rostro corriente, empapela la ciudad desde ya anticuados carteles electorales. Hace diez minutos no sabíamos de su existencia, ahora le reconocemos al pasar sin haberlo visto nunca antes…Curioso el hombre y su asombrosa capacidad de adaptación al entorno.
El festival hoy transcurrió como se esperaba: sobrio en su homenaje – en concordancia con El Viti, su toreo y sus paisanos –, exitoso en asistencia – lleno hasta la bandera – y triunfal en lo artístico. Como eran nueve novillos (que finalmente fueron diez) y tanto El Cid como nosotros toreábamos al día siguiente en Algeciras, se pidió a los compañeros el favor de modificar el orden de lidia, reglamentado por rigurosa antigüedad, para poder partir antes. No hubo inconveniente y adelantamos dos horas y media de viaje.
Ya de camino, paramos a cenar a la altura de Plasencia (Cáceres), donde casualmente vimos por la tele al Granada C.F. en el histórico momento de conquistar su ascenso a la primera división del fútbol español después de 36 años. Llegamos a Algeciras pasadas las 4 a.m. Por la ventana abierta de la habitación, mientras escribo, se filtra el rumor nocturno del puerto y ese inconfundible aroma a mar que tanto se extraña cuando se lo tiene lejos. Hoy hubo festival así que no toca lavar vestido. Ahora, a tratar de dormir, que el madrugar nunca se llevó bien con el ver amanecer sin acostarse...
Estatua homenaje a S.M. El Viti en los aledaños de la Plaza de Toros de Salamanca capital
Todo preparado para, cuando se acerque la hora, empezar a vestir al torero.
La Plaza de Toros de Vitigudino llena hasta la bandera para el homenaje a su paisano más ilustre: S.M. El Viti
Estado de Alerta: Aute
Hace 4 años
Buenas noches Ramiro, me parece muy bien que estés “de momento “al día espero estéis bien.
ResponderEliminarReferente a S.M EL VITI, estuvo en la maestranza el día 29 de abril (el día que toreo Caye) fui al hotel Alfonso xiii pensé estabais allí, al ver que no, me fui a cenar al restaurante El Cabildo y estando recién llegada entro EL VITI con su señora ¿creo? Y otro matrimonio, se le nota que los años nos encogen, pero sigue teniendo esa elegancia innata en el.
Y luego nos hablas del mar, como se echa de menos y más los que somos de interior.
UN BESAZO Y OTRO AL MAESTRO
Malena, veo que tienes poca fé en que me mantenga constante a bordo del cochecuadrilla...;-) Como tú bien dices, El Viti sigue conservando toda su elegancia y majestuosidad. Y sí, el mar se echa de menos...
ResponderEliminarBesos!!