Jueves, 16 de Junio de 2011
Dicen que las comparaciones son odiosas y la imaginación infinita. Ayer, viendo todas esas imágenes de agresiones físicas y verbales a políticos catalanes que trataban de llegar al Parlament, se me vinieron a la mente hechos similares que, a lo largo de todos estos años a bordo del cochecuadrilla, he tenido la oportunidad de vivir y sufrir en primera persona. Dos ejemplos:
Zaragoza, Octubre de 2005. Unas pocas decenas de individuos impiden la entrada de los toreros a una plaza hasta la bandera. La furgoneta no puede acceder al interior del recinto y la policía nos dice que no garantiza nuestra integridad física si nos bajamos en la calle. Finalmente, alcanzamos el patio de cuadrillas a través de la puerta de enfermería y de una larga caminata por el callejón.
Barcelona, Junio de 2007. Reaparición de José Tomás con el cartel de “no hay billetes” y la reventa disparada. En el trayecto desde el hotel, un par de motocicletas trata de dificultar nuestro camino. Ya en los aledaños de la plaza, un minúsculo grupo de exaltados nos insulta mientras golpea la furgoneta y escupe a los cristales subidos. En este caso, para nuestra tranquilidad, los vehículos sí acceden al interior del recinto.
Por tanto, salvando las distancias, que las hay y muchas – entre otras, los políticos no iban a jugarse la vida con toda la carga de concentración que ello requiere y el estrés extra que conlleva -, creo que estoy en condiciones de afirmar que los taurinos podemos entender con bastante exactitud lo que pudo sentir ayer un parlamentario de CIU, PP, ERC o PSC al intentar acceder a su puesto de trabajo para llevar a cabo una actividad que, hoy por hoy, es lícita en todo el conjunto del llamado Estado Español.
Desde aquí, mi total rechazo a las reivindicaciones violentas, mi comprensión - en esta cuestión concreta y sin que sirva de precedente – para los políticos catalanes y mi solidaridad para todos y cada uno de mis compañeros que en alguna ocasión se han sentido agredidos, ya sea física como verbalmente, al tratar de ejercer algo tan básico comos su derecho al trabajo.
Un político tratando de acceder ayer, 15 de Junio, al Parlament catalán escoltado por la policía.
Estado de Alerta: Aute
Hace 4 años
Como siempre,genial con cada entrada!!!, y estoy completamente de acuerdo contigo, yo tambien rechazo todo tipo de violencia.
ResponderEliminarDesde luego, no se hasta donde va a llegar todo esto que está pasando en España, qué pena!!!!
Besos.
Ramiro me ha encantado tu exposición realmente estamos en una sociedad con una carga de descontento, pero la violencia no está justificada en ningún caso, ahora bien a los políticos se les puede abuchear y de momento gracias a Dios darles su merecido pero con las urnas.
ResponderEliminarLo que no es de recibo es que a unos señores que van a jugarse la vida en algo llamado arte mal que les pese a muchos, se les vapulee, insulte y lo peor que hasta dentro de la plaza se les falte el respeto.
No entiendo si es el calor o qué pero la violencia en el día de hoy se ha extendido a medio planeta.
UN BESO MUY GRANDE PARA TI Y OTRO A CAYE.
Menenval, Malena, gracias por vuestros comentarios!!!!
ResponderEliminarBesos!!!
A muchos se les olvida que para luchar por sus derechos o por lo que creen correcto, no pueden ir contra la libertad y derechos de los demás, olvidan lo que significa vivir en sociedad.
ResponderEliminarBesos
FJL
FJL, como tú bien dices, vivir en sociedad significa, entre otras cosas, ser tolerante y comprender que tu libertad acaba donde empieza la de los demás.
ResponderEliminarBesos!