lunes, 22 de febrero de 2010

Rumbo al DF: el cículo se cierra

Jueves, 3 de Diciembre de 2009

Esta mañana tocaba recoger, dar un último paseo de despedida alrededor de la linde de Jofre – ¡cómo ha crecido la alfalfa desde que llegamos hace ya más de tres semanas! – y despedirnos del personal que tan pendiente ha estado de nosotros todos estos días y tan bien nos ha tratado (nunca faltaba por las mañanas una buena jarra de zumo de naranja natural ni un plato de huevos revueltos – un poquito “picoso” - con pimiento y cebolla).

Por la tarde, otro novillo y otro toro en La Joya. Día a día hemos ido contemplando – disfrutando - la progresión del torero y su adaptación al toro mexicano, de embestida más larga y al que hay que “esperar” más y “hacerle”, normalmente, las cosas “por abajo”. Todo ha estado bien calculado, bien organizado…con los tiempos perfectamente “marcados” por el maestro Curro Vázquez...

Antes de abandonar Querétaro definitivamente, breve paso por el hospital para que le quiten a Cayetano los puntos que le dieron en el labio hace unos días, después de un percance con un novillo en La Joya. Anochece cuando encaramos la autopista dirección sur. Atrás quedan 17 días de campo, 13 vacas, 12 novillos, 2 toros, mucho trabajo y, sobre todo, un montón de “buena gente” y de momentos irrepetibles. Por delante, mucho tráfico, algunos kilómetros y la imponente Ciudad de México esperando impaciente al final del camino. El círculo comienza a cerrarse.

-Por cierto, se me olvidó comentaros…que mañana, finalmente, sí que podremos. Así que tenedlo todo preparado. Nos vemos a las 11 abajo. Ahora, a descansar. Buenas noches…


Mis dos compañeros de habitación todos estos días en Jofre. Ambos de La México: el de la izquierda, del El Juli y el de la derecha, de Pablo Hermoso. Soportaron estoicamente, y sin quejarse, que los tuviera todos los días con las luz encendida, escribiendo o leyendo, hasta altas horas de la madrugada...¡Va por ellos!

domingo, 21 de febrero de 2010

La Joya nuevamente

Miércoles, 2 de Diciembre de 2.009

Hoy el día se levantó bueno, algo frío pero soleado. La rutina de todas las mañana (paseo, toreo de salón…) y, por la tarde, a La Joya, la otra finca de Jouey, a menos de una hora de Jofre, a torear un novillo y un toro. Cayetano se vistió de torero y estuvo muy bien.

Luego, breve paso por Querétaro y vuelta a Jofre. Hoy será nuestra última noche aquí. Nos asaltan sentimientos contradictorios: por un lado, pena por dejar este entorno tan maravilloso pero, por otro, ganas –ansias - de que llegue ya el momento. Al fin y al cabo, para eso estamos aquí.

Cenamos en la cocina entre anécdotas de Curro y Aurelio – ¡cuánto vamos a echar de menos estos momentos! – y luego, a sentarse frente al televisor a ver el vídeo de los tres novillos de hoy. Siempre hay algo que aprender.

Se hace tarde y hay que descansar, que mañana espera un día duro.

-Buenas noches, me voy a la cama.
-Buenas noches, que descanses.
-Por cierto, el viernes al final…
-Todavía no lo sé, mañana os cuento…
-Vale. Ojalá se dé…buenas noches.


La Joya. De izquierda a derecha: Victor de la Serna, José Antonio Carretero (ambos en el burladero), Óscar San Román (con sombrero) y, en el callejón, bebiendo agua, Aitor Sánchez.

viernes, 19 de febrero de 2010

Rueda de Prensa

Martes, 1 de Diciembre de 2.009

La mañana, fría y desapacible, traía malos augurios. Como siempre, nos levantamos temprano, dimos un gran paseo, desayunamos, nos duchamos y partimos para Arroyo Zarco, a una hora de Querétaro dirección sur.

Por el camino, llamó Curro Vázquez para confirmarnos lo que ya nos imaginábamos: que, al haberse “echado” tres toros para atrás, veían mejor cambiar la corrida entera a tener que “montar” la Confirmación” con dos “hierros” distintos. Y, como el maestro va siempre “por delante”, ya tenía en mente alguna que otra ganadería por si surgía – como efectivamente surgió – algún imprevisto.

Llegamos a Arroyo Zarco sobre la 11 a.m. Mucha expectación y casi tantos medios de comunicación como frío y viento. La noticia del cambio de ganadería se había corrido como la pólvora entre los periodistas y la pregunta que todos se hacían era obvia: “¿y ahora qué? ¿Qué corrida vendrá?”. El maestro Curro Vázquez buscó un lugar apartado para cambiar impresiones sobre el tema con su amigo Armillita, parte implicada y gran conocedor de las ganaderías locales. Éste le propuso San Isidro – de Aguascalientes – una de las que Curro tenía en mente. Estuvieron largo rato conversando.

El tiempo pasaba lento mientras el frío y el aire, a 2.700 metros de altitud, lejos de apaciguarse, iban en aumento. Alrededor del mediodía, se decidió también suspender el tentadero. Era imposible torear en esas condiciones.

Me imagino la decepción del ganadero: tantos meses de trabajo, tantas ilusiones puestas en una corrida para ahora verse allí, en su finca, en medio de tres toreros, presentando un bonito cartel en el que, por causas de última hora, no sólo no va su corrida si no que se va a “hablar” de otra ganadería. Delicada situación que, hay que decir en su descargo, supo llevar con clase y entereza.

Por la tarde, después de comer, regresamos a Jofre. Abandonamos Arroyo Zarco con una sensación agridulce: Por un lado, la tranquilidad de que la ganadería sustituta es de la confianza del apoderado; y, por otro, la desilusión de pensar que hace tres años, cuando vinimos a “hacer campo” por estas tierras, aquí tuvimos nuestro primer tentadero y que hubiera sido bonito para rematar la historia, que de aquí saliera también nuestra primera corrida en México…ya habrá otras oportunidades.

Comienzan a llegar los primeros amigos. Hoy, Víctor de La Serna y mañana, Fernando Domecq hijo – Zalduendo -, que está estudiando en San Diego (EEUU) y se va a hacer una “escapada” para aliviar el “mono” de campo y toros. Ambos se vendrán un par de días a Jofre con nosotros. ¡Estamos rozando el overbooking!

Quedan cinco días, entramos en la recta final. Mañana y pasado, tendremos toros “a puerta cerrada” en La Joya, la otra finca de Jouey, muy cerquita de Jofre. La idea es “levantar el campamento” el jueves después de los toros e irnos a dormir al DF para ya no movernos de allí hasta el día 6. Pero para eso, todavía queda. Y, el viernes, quizá cerremos la preparación con una bonita sorpresa…


Rueda de prensa: De izquierda a derecha: El Payo, Un representante de la empresa, Cayetano, el ganadero - Fernando Pérez Salazar - y Armillita.

Cayetano delante de un cartel de un mano a mano de su abuelo con Joselito Huerta.

Los dos maestros intercambiando pareceres...

jueves, 18 de febrero de 2010

Cuenta atrás

Lunes, 30 de Noviembre de 2.009

Hoy lunes entramos en la última semana de entrenamiento…en la cuenta atrás. Curro Vázquez y José Antonio Carretero partieron esta mañana temprano hacia Arroyo Zarco – a una hora de Querétaro dirección sur, es decir, dirección DF – para estar presentes en el “embarque” de la corrida. Y de ahí, siguieron camino del DF - a tres horas de Querétaro dirección sur siguiendo por la misma carretera – para asistir al “desembarque” en los corrales de La México.

Parece ser que el “reconocimiento” de los toros por parte de los veterinarios fue bastante problemático y que han “echado varios para atrás”. Mañana hay tentadero y rueda de prensa conjunta de los tres toreros y el ganadero en Arroyo Zarco, así que allí nos contarán con más detalle. Nosotros – Cayetano, Aurelio, Aitor y yo – partiremos temprano desde Jofre; y Curro y Carretero lo harán desde el DF, donde se han quedado a pasar la noche para poder descansar bien después de un día tenso y agotador.

Por lo demás, pocas novedades, tanto ayer domingo como hoy lunes, entrenamiento físico y toreo de salón pero nada de toros. El gran momento se acerca…

martes, 16 de febrero de 2010

Aurelio


Agonizaba la década de los 60’s cuando Aurelio García Montoya “Montoyita”, ya rozando la treintena, una tarde después de su enésimo fracaso como novillero en Valencia, y aconsejado por un amigo que le facilitó un contacto en Bogotá, decidió cruzar el charco para “hacer las Américas”.

Por aquel entonces, en España, el franquismo se resistía a desaparecer de un país gris y monocolor y los trenes se seguían llenando de gente que viajaba hacia el norte arrastrando pesadas maletas. Y “América” – lejanos tiempos – todavía era una palabra que se asociaba a riqueza y oportunidades. Así que hasta allí partió, con poco dinero y muchas dudas, este gitano sevillano, de la Alameda de Hércules, un día como otro cualquiera de principios de los 70`s.

Rápidamente entró en contacto con los toreros españoles que “desfilaban” por las ferias americanas. Compró y revendió telas para buscarse la vida. Viajó por la Sudamérica taurina (Quito, Caracas…), se adentró por el Amazonas y dio el salto a las islas del Caribe donde, para poder torear, pidió permisos especiales y montó corridas incruentas con cebúes – “lo más parecido que había a un toro bravo” - en lugares tan exóticos como La Martinica o Granada. Le fue mal y le fue bien. Ganó dinero y lo perdió. En sus idas y venidas, recaló en una isla en que pensó que “la gente debía pelearse mucho, porque todos llevaban grandes heridas”, para luego descubrir que aquello no era sino un gran leprosario por el que años atrás también pasara el “novélico” Papillón. Llegó hasta Santo Domingo y de ahí pasó a México donde, en el ecuador de la treintena, se enamoró de “una piel dulce de veinte años” y decidió echar raíces.

Para sobrevivir y sacar adelante a su nueva familia – mujer y dos hijos - , hizo de todo, hasta “maquillar” con betún negro las pezuñas de infumables jamones mexicanos para venderlos con gran éxito como “ibéricos”. La primera mitad de los 80´s le fue propicia y consiguió crear su propia empresa y comprarse una buena casa. Hasta que el “temblor” que asoló la Ciudad de México en el año 85, además de muchas vidas, se llevó por delante su negocio y sus ilusiones. Aquello le hizo plantearse el regresar a España pero finalmente desistió.

Como otras tantas veces, tuvo que reinventarse. Y hoy en día dispone de una pequeña flota de camionetas blindadas que escoltan convoyes de mercancías desde el DF hasta la frontera con Estados Unidos. Asegura que la “gripe A” ha afectado mucho a la frágil economía mexicana en general y a su negocio en particular. Pero ahí sigue él, trabajador incansable, siempre atento al teléfono, acostumbrado a los imprevistos y a los cambios inesperados…y, como todo mexicano, a no pensar nunca a demasiado largo plazo.

Gran amigo de Curro Vázquez desde la primera vez que coincidieron en México allá por el año 70, Cayetano y yo tuvimos la oportunidad de conocerlo hace unos 3 años, cuando vinimos a “hacer campo” por estas tierras. En aquella ocasión, nos recogió en el aeropuerto junto con Alejandro Otero – otro gran amigo de Curro –, y nos llevó directamente, y sin pasar por el hotel, a comer a un concurrido restaurante de la Zona Rosa llamado Casa Bell. Desde el primer momento me cautivó su personalidad: hombre apasionado y alegre, de buena conversación, su voz cascada de ex-fumador empedernido hace aún más personal si cabe su ya de por sí particularísimo acento a medio camino entre gachupín andaluz y mexicano. No se separó de nosotros en los 5 ó 6 días que pasamos por los alrededores de Querétaro. Luego volvimos a coincidir con él unas navidades en España.

Esta vez, como hace 3 años, también fue a recogernos al aeropuerto con Otero - otras circunstancias, otros tiempos. Por aquel entonces, la “Confirmación” era una posibilidad anhelada pero lejana, ahora es una realidad cercana -, fuimos a cenar a una taquería próxima al Hotel Presidente y Aurelio puso a nuestra disposición una de sus camionetas para que nos sirviera de transporte mientras estuviéramos en México. Nos informó de que él partiría en unos días a la feria de Quito y no estaría para la “Confirmación”, cosa que el maestro Curro Vázquez le “reprochó”: “Aurelio, ¿cómo te vas a perder ese día? Cambia el vuelo para poder estar aquí el 6”…El caso es que aquello debió estar toda la noche dándole vueltas en la cabeza al bueno de Aurelio hasta el punto de que, a la mañana siguiente, nada más levantarse, se pasó por el hotel para decirle a su gran amigo: “Curro, que me lo he estado pensando y tienes razón. Que no cambio el billete, que mejor lo anulo. ¿Qué coño hago yo en Quito estando tú aquí? ¡A la chingada! Mientras estés tú en México, donde tú vayas, voy yo”.

Y así es como se vino con nosotros al campo. Todas las mañanas, a las 8, pasa de habitación en habitación, despertándonos: “¡Arriba mis valientes!”. Pantalones de tela marrón oscuro, camiseta interior blanca de tirantes y zapatillas de deporte – única concesión que se permite a la modernidad: “Eso del chándal es algo nuevo en los toreros” -, camina alrededor de la finca dos horas a un ritmo difícil de seguir y luego entrena de salón con el torero con la misma ilusión de un chaval que está empezando.

Aurelio lleva 15 días en el campo con nosotros contagiándonos sus ganas de vivir, sembrándonos el alma de bellas anécdotas de su aventuresca vida y regalándonos frases tan entrañables como “que no vuelva yo nunca más a España si es mentira” o “con ése me apunto yo a una guerra perdía”... pura sabiduría vital.

Pues eso Aurelio, nosotros, contigo, también iríamos a una guerra perdía…


De izquierda a derecha: Cayetano, Aurelio y Ramiro Curá. En Campo Hermoso, después del tentadero.

viernes, 12 de febrero de 2010

Don Mario

Don Mario llega todas las tardes al caer el sol. Apoya su vieja bicicleta sin frenos en la pared y se sienta sobre una piedra, bajo un árbol, junto al portón de entrada a la finca, a esperar. Las noches del otoño queretano, a 2.300 metros de altitud, son frías y largas. Don Mario, a oscuras, introduce sus arrugadas manos bajo un raído poncho y deja correr las horas sentado sobre su piedra.

Al final del camino de entrada, a escasos 500 metros suyo, los mismos que separan el frío del calor, la luz de la oscuridad, el infierno del cielo, la vida de la supervivencia, se encuentra la estancia: “plasmas” y “cable” en todas las habitaciones, calefacción, hilo musical, piscina climatizada, boxes para caballos que viven como personas…¡luz!.

1 de la madrugada. Noche de cielo raso y luna nueva. Noche helada y oscura. Una camioneta blindada se acerca desde la calle al portón de entrada. Don Mario se levanta a duras penas de su silla de piedra y abre la pesada puerta deslumbrado por los focos. El conductor baja el cristal tintado tan sólo unos centímetros – “hace mucho frío afuera” – y le da las buenas noches sin detener la marcha. Don Mario cierra la puerta y, a la luz de un cigarrillo, arrastra su entumecido cuerpo nuevamente hasta la piedra. Fuma por matar el tiempo, fuma por tener lumbre…por tener compañía.

La imagen nos impacta. “Pero ese señor, ¿pasa toda la noche ahí sentado a la intemperie y sin luz? ¿Y si llueve? ¿No tiene siquiera una garita donde guarecerse?”. Sonrisa de pregunta manida y respuesta automática: “No te preocupes, güey…esta gente es dura. El viejo está acostumbrado”

El problema no es que Don Mario esté acostumbrado, pienso, el gran problema es que aquí, a ver estas cosas, TODO EL MUNDO está acostumbrado.

jueves, 11 de febrero de 2010

Otoño en Jofre

Domingo, 29 de Noviembre de 2.009

El otoño cae sobre Jofre cubriendo de tonos amarillentos el pétreo camino de entrada. Todas las mañanas, a eso de las 8, salimos a caminar atravesando una espesa alfombra de hojas secas que crujen bajo nuestros pies.

La imagen es de una belleza tan impactante como efímera. Deseo inmortalizar la escena pero la escasa luz de esas horas lo desaconseja. Y al regresar, después del paseo, ya es tarde. Un par de peones “armados” con carretillas ha dejado el camino “limpio”, impoluto, con esa perfección que sólo tiene lo prosaico.

Hoy es domingo y los peones no vinieron. Como siempre, nos levantamos temprano y salimos a caminar. Luego, desayunamos y dedicamos el día básicamente a descansar.

Yo espero el atardecer con ansia. La luz de otoño caerá oblicua, tímida desde el poniente mientras las hojas secas, hoy sí, seguirán cubriendo el camino de entrada. Aunque me asalta una duda: esto no es Europa, es América… ¿Y si también trabajaran los domingos? ¿Y si hoy simplemente tuvieran otro horario?...cada tanto me asomo a la entrada y respiro tranquilo. Una ligera brisa agita los desvencijados árboles y mi olvidado jardín sigue ahí afuera, “sucio”, desordenado, anárquico…esperando el crepúsculo con esa imperfección que sólo tienen las cosas bellas.



Otoño en Jofre

domingo, 7 de febrero de 2010

La Joya y Juriquilla

Sábado, 28 de Noviembre de 2.009

Hoy se cumplen 2 semanas desde que llegamos. La adaptación del matador a la embestida del toro mexicano sigue su curso. El alumno “progresa adecuadamente” que diría un maestro.

Esta mañana estuvimos en La Joya, la otra finca de Jouey, muy cerquita de Jofre, toreando 3 novillos. Como anécdota, decir que uno de los novillos, en un derrote, le partió el labio al torero. Así es que, al finalizar, tuvimos que pasar por un hospital de Querétaro a que le cogieran puntos.

Por la tarde fuimos nuevamente a los toros en Juriquilla. Antes de la corrida, comimos una buena “carnita” en las carpas que había instaladas junto a la plaza y contemplamos el “sacrilegio” de beber Vega Sicilia en vasos de plástico.

El Juli volvió a estar inconmensurable. Arturo Macías, que mañana domingo torea en La México un mano a mano con José Tomás, no tuvo su tarde. Comprensible.

Ahora un par de días sin toros y el martes nuevamente a Arroyo Zarco. Allí habrá tentadero y rueda de prensa conjunta con Armillita y El Payo, los otros dos integrantes del cartel de la Confirmación.



Plaza de toros de Juriquilla, de izquierda a derecha: Aurelio "Montoyita", Aitor Sánchez, Salvador Núñez (picador de El Juli), José Antonio Carretero y Ramiro Curá.

José Garfias

Viernes, 27 de Noviembre de 2.009

A lo de de
José Garfias - estado de San Luis Potosí – se llega siguiendo un largo camino de tierra que atraviesa un paisaje semidesértico salpicado de enormes cactus. Allí arribamos anoche a eso de las 9. Nos recibieron el ganadero y sus dos hijos varones. Casi sin tiempo para respirar, nos llevaron hasta un pequeño salón presidido por la cabeza de un enorme alce canadiense y jalonado de fotos y carteles taurinos, entre los que destacaba uno de Belmonte y el Niño de la Palma anunciados juntos en Sevilla allá por los años 30´s. El tímido fuego de la chimenea, apenas conseguía engañar al intenso frío mientras veíamos vídeos de corridas más o menos recientes de la susodicha ganadería.

A eso de las 11, ya bastante pasados de sueño, nos condujeron a las que serían nuestras habitaciones por una noche – todas distribuidas en torno a un patio central – y nos dieron las buenas noches no sin antes advertirnos de que el generador de corriente dejaría de funcionar a las 12 en punto. Así que ahí estábamos, sin luz, sin cobertura, incluso sin agua caliente en algunos de los cuartos…y con” muuusho” frío. Cayetano y yo compartíamos habitación y, después de agotar todas las existencias de mantas del armario, no exagero si digo que estuvimos a punto de “llegar a las manos” por ver quién se echaba por encima la alfombra que había en el suelo. ¡Qué duro es el toreo!

Hoy nos levantamos como nos acostamos, es decir, ateridos de frío. La mañana, inestable y desapacible, hizo peligar el tentadero. Desayunamos – con los abrigos puestos - en una amplio y luminoso comedor en el que un precioso y antiguo mapa colgado de la pared llamó poderosamente mi atención por dos detalles: el enormemente desproporcionado tamaño de España con respecto a América - cosas del imperio -, y una bonita dedicatoria en el margen inferior derecho de D. Enrique Tierno Galván, alcalde que lo fuera de Madrid hasta su muerte, en el año 86´, quien en su momento había obsequiado con dicha joya a la "encantadora, longeva, mexicano-hispana" madre del ganadero.


Finalmente se llevó a cabo la tienta. 3 vacas para Armillita y 3 para Cayetano. Luego, después de varios días juntos, tocaba despedida. Armillita y su gente seguirían dirección norte hacia Aguascalientes, a continuar la preparación por su tierra; y nosotros retornaríamos dirección sur, hacia Querétaro, con la intención de llegar a tiempo de ver la corrida de Juriquilla – a escasos 10 minutos de la capital queretana –, en la que hacía su presentación con caballos en tierras mexicanas el novillero local Diego Silveti, hijo del malogrado David Silveti, en una mixta junto a El Juli e Ignacio Garibay. Antes de comenzar, emotivo homenaje a Juan, patriarca de la saga y abuelo de Diego. Plaza llena en noche fría. Gran espectáculo de El Juli y detalles prometedores de Silveti que regaló un sobrero.

Mañana tenemos novillos cerca de Jofre, en La Joya, la otra finca de Jouey . Y, por la tarde, nuevamente a Juriquilla a ver a El Juli, que repite, junto con
Fernando Ochoa y Arturo Macías.


En la esquina superior derecha, Belmonte y el Niño de la Palma compartiendo cartel en Sevilla.


La península ibérica y Latinoamérica...cuestión de perspectiva.


Retrato de picador sobre fondo de cactus. ¿México o España?

jueves, 4 de febrero de 2010

Carranco

Jueves, 26 de Noviembre de 2.009

Día frío y gris. Llegamos a San José de Carranco, finca situada en el estado de San Luis Potosí, a dos horas de Querétaro dirección norte, hacia el mediodía.

Allí, doña Laura, viuda de don José Ramón de Villasante desde la muerte de éste allá por 2005, ejerce su matriarcado con tanta energía y carácter como simpatía. Se desvive porque los invitados se sientan como en su propia casa supervisando personalmente cada detalle y multiplicando su presencia por cada rincón de la estancia: que todo esté en orden en la habitación en que se va a cambiar el torero, que en el baño tenga toallas…y que al resto de invitados, mientras espera a que éste se vista, no les falte un refresco ni un aperitivo que echarse al estómago. Luego, en la plaza, a la hora de la tienta, ocupa su lugar preferente ejerciendo de “maestra de ceremonias”.

Nuestro apoderado “convenció” a doña Laura para que, a parte de las vacas, le “echara” a Cayetano un novillo que había en los corrales. Finalmente, Armillita tentó dos vacas y nuestro torero, una y el novillo.

Al terminar, pasamos a la casa a degustar los deliciosos manjares que nos tenían preparados. Familia de buena conversación, durante la comida no faltaron los recuerdos y las anécdotas de otros tiempos, como la que contó Aurelio de su primera y única visita a la finca allá por principios de los años 70’, cuando vino a tentar aquí con un jovencísimo Manzanares*. Recuerda Aurelio que, al finalizar el tentadero, el nobel torero quedó prendado de un flamante coche último modelo que se acababa de comprar el ganadero. Éste le preguntó si le gustaba, Manzanares, sin apartar la vista del “carro”, le contestó que "muchísimo". El ganadero hizo una pausa, miró a su nueva adquisición y luego al torero… "si sigues arrimándote así, algún día podrás comprarte uno como éste".

Anochece sobre Carranco y llega la hora de partir. Hoy no regresamos a Jofre sino que seguimos viaje hacia el norte para dormir en la cercana finca de José Garfias, donde tentaremos mañana. Sin muchas ganas, nos despedimos de doña Laura y sus hijos. Por el camino, vamos comentando el buen día de campo que hemos echado. Ya nos habían “advertido” de lo bien que nos tratarían en Carranco. No se equivocaron.


*Obvia decir que se trata de Manzanares padre.


El maestro Armillita y Cayetano. Sus caras delatan el ambiente "Tenso" que se respiraba en el tentadero.


Miguel Espinosa "Armillita", con la derecha...