sábado, 17 de octubre de 2009

Esplá, Tin y el "Lucense"

Si la historia se desarrolla según lo previsto, y en el caso de Esplá mucho me temo que así será y que no habrá reapariciones, en Valladolid ha sido la última vez que Cayetano y el maestro han coincidido juntos vestidos de luces en un patio de cuadrillas. En las 5 temporadas que llevamos en este “circo” de los toros, debemos haber toreado con él unas 5 ó 6 veces. La primera, el año que Cayetano debutó con picadores, en una mixta en Piedrahita (Ávila). Preciosa plaza de piedra, sin callejón, a la que el maestro llegó desde el hotel en coche de caballos. Recuerdo que en la puerta le pusieron pegas a sus chóferes para entrar. Esto llegó a sus oídos y, lejos de desentenderse del tema – ya tenía bastante con ponerse delante del toro –, dijo que hasta que su gente no estuviera dentro de la plaza, no haría el paseíllo. Gran calidad humana. En los 3 siguientes años quizá hayamos compartido cartel con él un par de veces. Y esta última temporada, la de su despedida, hemos tenido el gusto de hacerlo, si no recuerdo mal, en 3 ocasiones: Zaragoza, Málaga y Valladolid. Emociona ver su torería de otros tiempos, sus gestos, su sabiduría, el cariño de la gente que cada tarde de este año le ha brindado una cerrada ovación al acabar el paseíllo, y la humildad de los grandes al querer compartir esos aplausos con los compañeros de turno invitándolos a salir a saludar con él desde el tercio. ¡Grande maestro!

Hay muchas razones, tanto profesionales como humanas, por las que podría decir que su retirada supone una gran pérdida para la fiesta, pero hoy quiero hacer referencia a una de ellas en especial: no llegar a conocer más en profundidad a su fiel mozo de espadas, el “gran” Tin, como lo suele llamar nuestra común amiga Anya. Especie de Alter ego del maestro después de tantos años juntos – todo el mundo pregunta si son hermanos –, cuando hemos coincidido en un callejón, aparte de su calidez humana, siempre me ha regalado alguna anécdota que echarme al alma. En Valladolid, por ejemplo, entre toro y toro, me obsequió con una preciosa:

Había, hace años, un hostal en frente de la plaza donde solían parar las cuadrillas, que no los matadores, cuando toreaban en la ciudad. Era uno de esos establecimientos de antaño con baño comunitario en los pasillos y escasa confortabilidad. A pesar de su precariedad, parece ser que preparaban muy bien los caracoles, una de las debilidades del maestro Esplá. El caso es que esto debió llegar a oídos de los dueños y todos los años, cuando arribaban a Valladolid para torear en la feria, le tenían preparada al mozo de espadas una caja para que se la hiciera llegar al maestro. Tin no me explicó si por una cuestión de deferencia o de simple sencillez personal – seguramente las dos cosas –, pero el caso es que el maestro también llegó a alojarse con la cuadrilla en el Hostal Lucense en alguna ocasión.

La anécdota estuvo varios días rondándome la cabeza, tenía curiosidad por conocer algo más sobre aquel “romántico” lugar. Así que una tarde que andaba aburrido, con el espíritu de un explorador en busca de mundos ignotos, introduje “hostal lucense Valladolid” en el Google. Una cierta impaciencia recorrió mi cuerpo mientras esperaba que el buscador “escupiera” sus resultados. Al cabo de unos segundos, palabras como “TSJ”, “bloqueo”, “edificabilidad”, “desacuerdo”, “vecinos"… me dieron mal presentimiento. Eché un vistazo rápido a todos los titulares y, sin saber el porqué de mi elección, pinché en uno cualquiera de ellos. A medida que avanzaba por el texto, mi curiosidad se iba tornando decepción. Resulta que “El Lucense” llevaba varios años cerrados y en un estado ruinoso. La causa, un desacuerdo especulativo entre vecinos. Me puse a indagar entre las pocas fotos suyas que encontré en Internet. Y, aunque pequeñas y de mala calidad, esto no impidió que me imaginara en ellas a un grupo de aficionados en la puerta esperando para ver partir a las cuadrillas camino de la plaza o a unos banderilleros sudorosos comentando las dificultades del segundo toro de la tarde - “¡Cómo esperaba el cabrón!" -, mientras descendían de la furgoneta de regreso al hostal. Es curioso, pero incluso llegué a sentir nostalgia de algo que nunca viví, de un lugar que ya nunca llegaré a conocer. Volví a mirar las fotos intentando descubrir detalles nuevos. El edificio no parecía tener ninguna característica arquitectónica especial. Algún día, una razón poderosa llamada dinero, hará que los vecinos se pongan de acuerdo. Entonces, como en Cinema Paradiso, un escuadrón de máquinas sin alma invadirá las entrañas del Lucense sepultando los recuerdos para siempre, mientras un minúsculo grupo de personas contempla la escena desde la acera de enfrente. El edificio se irá convirtiendo poco a poco en un amasijo de hierro y cemento. Y entre nubes de polvo y el estruendo de muros al caer, quizá algún viejo sentimental derrame una lágrima en silencio. Será ley de vida. Como en Cinema Paradiso.


Foto: Anya Bartels-Suermondt
De izquierda a derecha: Tin, Ramiro Curá y Nacho Lloret (abogado de Simón Casas) en la plaza de toros de Málaga (Agosto de 2009).


Hostal Lucense

9 comentarios:

  1. Tienes razón Ramiro,una gran pérdida para la fiesta, la despedida del maestro Esplá, grande!Me alegra que Cayetano haya podido compartir con él algunas tardes esta temporada.
    Por cierto, Piedrabuena, no se encuentra en Ciudad Real? es que he dudado si es el pueblo que yo conozco,situado en la Mancha, con una preciosa plaza de toros como la que describes y que crucé muchas veces durante hace unos años camino de Tomelloso. Es curioso que en la mayoría de los pueblos de la Mancha, aunque sean pequeñitos, tengan casi todos una plaza de toros de las de antaño, me llamó la atención porque muchos de ellos son prácticamente aldeas, pero aún así nada de plaza portátil.
    Muy bello tu relato del hostal Lucense, seguro que esos momentos simpre quedan en el recuerdo de alguien que sepa valorar lo verdaderamente importante y como dice el anuncio, es cierto, que hay cosas que el dinero no puede comprar, por suerte para la humanidad!

    P.D.me ha gustado ver que era una larga nota ;)

    Besos
    FJL

    ResponderEliminar
  2. Tienes razón FJL!! me confundí de pueblo. Era Piedrahíta en Ávila y no Piedrabuena en Ciudad Real (también hemos estado allí y muy bonita su plaza de piedra). Gracias por tu corrección (ya estamos en paz por lo de Goncourt ;-)) y, como siempre, por tus bellas palabras.

    Besos.

    ResponderEliminar
  3. Como debe de costar el "cortarse la coleta", aunque, por otro lado creo, que no se pueden desvincular tan facimente del mundo del toro, porque lo llevan en la sangre.
    Al leer lo del Lucense, creo recordar que alguna vez, hace algunos años (bastantes) haber entrado allí, hace esquina entre el paseo Zorrila y la avenida,( que no me acuerdo como se llama, pero que hay una parada de taxi alli), tenía la barra a mano izquierda, y ya entonces tenía aspecto muy viejo,y lleva cerrado algunos años, pero no sabía de la historia.
    Besos.

    ResponderEliminar
  4. Me ha encantado esta nueva entrada, admiro tu respeto y tus ganas de querer saber del toro, de lo q ya es pasado.
    Me ha gustado mucho que le dediques un espacio a Tin y a Esplá; de sobra sabes la amistad que me une al maestro y a Tin, por extenxión, y xq como bien dices son como hermanos y la tristeza q me da que se vaya y nos deje...aunque sea porque el quiere. Más de una y de dos lagrimtas he soltado ya x este tema.
    Será extraño al año q viene no ver a Esplá encabezando una terna ni a Tin en el callejón ni me recorra media España siguiendo al maestro a mi "bambino" del alma. Aisssss q pena ;-(((((

    ResponderEliminar
  5. Extraordinario, el Maestro Esplá y da gusto escucharle, culto a la vez que muy campechano, le deseamos sea muy feliz.
    Ramiro yo de pequeña pasaba 3 meses al año en Valladolid y me acuerdo perfectamente de el edificio del desaparecido hostal Lucense, había una tienda de muebles en los locales de abajo, lo que no sabía era ni que tipo personajes se hospedaban y menos lo de sus caracoles, ahora gracias a ti lo sé, ¿sabes también cual ha desaparecido el mesón “El Perro “muy taurino debajo del puente en García Morato,allí hemos cenado y en las mesas colindantes estaba ,Luis Alvarez,Litri ,Pepín Liria,Francisco,Ponce y muchos más a propósito y sus cuadrillas, que pena y razón tienes el tema especulación ,está acabando con muchas tradiciones y recuerdos.
    Por cierto la foto que has colgado te hace mayor, eres más guapo en persona ,no lo tomes a mal parezco Mariñas jajaja……….
    UN BESAZO Y NO NOS OLVIDES

    ResponderEliminar
  6. He sentido el hostal y he olido esos caracoles.
    pena que sitios asi, solo se consideren perdida para los corazones de unos pocos y sea solar para el resto besos y gran fin de temporada con miras al nuevo mundo

    ResponderEliminar
  7. Muy bonita la entrada Ramiro, cada nuevo relato me hace querer leer mas y mas...me ha encantado una frase -siempre me ha regalado alguna anécdota que echarme al alma- te la voy a "robar" porque has estado sembrao hijo!! un besito y no dejes de escribir y de inspirarte niño!

    ResponderEliminar
  8. Malena, que soy el del medio, eh! Ja, ja! si es que uno va ya teniendo sus añitos...

    Carol, toda tuya la frase!

    FJL, Menenval, A.Mayo, Anónimo...como siempre, agradeceros vuestros comentarios.

    Besos y abrazos para todos!!

    ResponderEliminar
  9. Malena tiene razón, esta foto no te hace justicia

    Besos
    FJL

    ResponderEliminar