Viernes,
2 de Febrero de 2018
Martes,
16 de Enero de 2018, hacía media hora que habíamos salido de Madrid camino de
Salamanca cuando, a la altura de Villalba, recibimos una llamada de Justo. Su
padre acababa de ser ingresado en la UVI por una complicación en su salud.
Había que posponer el tentadero.
La
primera vez que yo fui a esa ganadería - Domingo Hernández, Garcigrande - cercana a Alaraz (Salamanca) fue en 2005.
Era invierno y caía el sol. Cayetano se estaba preparando para debutar en
Ronda. Domingo todavía presenciaba los tentaderos aunque era su hijo Justo el
que ya se iba encargando del día a día.
Domingo Hernández |
Recuerdo
el frío de su plaza cubierta – a donde un día nos acompañó Adrien Brody – y las
comidas posteriores regadas con buen vino en unas mesas dispuestas de modo asambleario,
formando un rectángulo con todos los comensales sentados de un solo lado mirando
hacia el centro del cuadrilátero.
También
recuerdo la peregrinación de toreros hasta su plaza techada los días de mal
tiempo para no suspender su preparación los días previos a Fallas o
Sevilla. Como aquella tarde de lluvia en
que coincidimos Juli, Manzanares, Talavante y Cayetano formando un cartel rematado para cualquier feria.
Domingo Hernández y su hijo Justo en Sevilla |
Dos
semanas después de aquella llamada, ayer nos sorprendió la noticia de su fallecimiento.
Hacía tiempo que no lo veíamos cuando acudíamos a la finca. Su hijo Justo es un
digno continuador de su obra. Domingo puede descansar tranquilo… D.E.P.
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