domingo, 5 de febrero de 2017

Valero, el Cochecuadrilla se pone en marcha



Valero, 29 de Enero de 2017

Nunca habíamos toreado en España en público un mes de Enero; en América sí, en Venezuela y Colombia, pero en España no. Y ahí estábamos, en una mañana de Domingo de calabobos y niebla esperando en el Hotel Sierra Quilama de San Miguel de Valero – a seis kilómetros de Valero -  a que llegara la hora.


Imagen: Menacho


Todos los años, el 29 de Enero, éste pequeño pueblo de la Sierra de Francia salmantina, organiza un festival de un solo torero que sus mismos habitantes subvencionan con cuotas anuales y voluntarias. Es un día muy esperado en la población y de ahí, pese al mal tiempo, el entusiasmo desbordante de los valeranos y sus paraguas que estoicamente aguardaban el comienzo.

A las 4 de la tarde subimos al cochecuadrilla y comenzamos a descender por una serpenteante carretera comarcal los 800 metros de desnivel que, en seis kilómetros, separan San Miguel de Valero de Valero.

Bastante antes de llegar, se complicó el paso por los numerosos coches aparcados en el inexistente arcén que delataban lo extraordinario de aquel acontecimiento para la zona.

A duras penas, una UVI móvil que ascendía con la sirena, se abría paso. Al llegar a nuestra altura, Curro Vázquez les hizo una seña para que bajaran la ventanilla. "¿Regresáis ahora?" "Nosotros no pero hay otra unidad abajo” (la conciencia de un percance siempre en la mente).

A la entrada a Valero, un mar de paraguas e impermeables nos esperaba. Allí había que bajarse pero no porque estuviera su singular plaza de toros, sino porque la costumbre es que torero y cuadrilla atraviesen andando todo el pueblo al ritmo de la banda al mejor estilo “Bienvenido Mr. Marshall”.

Cruzamos plazuelas con estatuas de abejas – esta zona es conocida por su industria apícola – y callejuelas estrechas mimetizados con abuelos con sus nietos de la mano y jóvenes ansiosos con hacerse selfies en marcha al compás de unos pasodobles sin rastro de marcialidad.

Estatua de una abeja en Valero


Cayetano y su cuadrilla llegando a la plaza 

En la plaza de toros, de apariencia rectangular, sin callejón pero sí muchos burladeros, los tendidos son sustituidos por la ladera de una colina en donde la gente se apretuja para ver el festejo devolviendo a la Tauromaquia a lo que debieron ser sus verdaderos orígenes.


Torero y organización comprando el estado del piso












Dos novillos y cuatro orejas y un rabo parecen un buen saldo para comenzar la temporada 2017.

Entre el caos de la salida por la lluvia y la multitud, la persona que debía llevar a los picadores de vuelta, lo olvidó. Y ahí estaban ellos dos,  haciendo dedo en la puerta, regresando al hotel en el coche de la Guardia Civil. Lo dicho, puro Berlanga en vena.







2 comentarios:

  1. Me ha encantando ver este artículo dedicado a mi pueblo y a sus fiestas . Yo vivo un poquito lejos y por lo tanto no pude estar allí ese día ( como tantos y tantos .....) muchas gracias por publicarlo y acercarnos nuestra tierra a los que estamos lejos pero la llevamos a fuego en el alma .
    Es cierto lo que dices jejeje , somos gente singular y arraigada a nuestras costumbres , pero , también somos gente noble y generosa . En fin .... VALERANOS , con mayusculas.
    Gracias de nuevo y un afectuoso saludo

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  2. Mi enhorabuena para Cayetano y toda la cuadrilla!!
    Gran comienzo de temporada...Mucho ánimo y suerte para todos!!

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